los de dos chicas más que caminaban por aquella zona. Dejó de hablar, respiró
profundo y continuó hablando:
- Después de la autopsia se supo que la razón de la muerte había sido por
mordeduras humanas. Tom, se las comieron vivas.
-¿Quieres decir que en esta cueva andan sueltos dos caníbales?- pregunté casi sin
aliento.
-Sí. - contestó ella con la voz rota.
En ese momento cogí la linterna, la golpeé repetidas veces contra el suelo hasta
que funcionó y empezamos a correr. Llevábamos media hora corriendo cuando, de
repente, se paró y me miró con la cara aterrorizada. El pie se la había quedado
encallado entre dos rocas y era imposible sacarlo sin ayuda. En ese momento,
aparecieron los caníbales. Eran seres horrendos, sin pelo y blancos. Ella me dijo
que me fuera corriendo y que me salvara. Yo intenté ahuyentarlos con la luz de la
linterna pero uno de ellos fué a por ella, indefensa vi que era demasiado tarde y que
no podía salvarla. Uno me cogió por detrás y me mordió la pierna a la altura de los
gemelos. Con toda mi ira, le conseguí dar una patada en la cabeza y me fui
dejándola a ella en la cueva. Para cuando entraron a por ella, solo quedaban sus
huesos.