El espectáculo empieza extrañamente, con un hombre tocando lo que parece ser un
violonchelo y otro, a su costado, cantando, mientras un tercer individuo entra por la esquina
de la sala llevando a una viejecita a un asiento donde se encuentra una mujer que mira al
público con un ramo de flores en mano. Desde este punto, la obra
empieza a deformarse en situaciones y comportamientos cada vez más surrealistas en el
séquito de pequeñas “historietas” que los actores interpretan. A pesar de estar enfocada
claramente al humor, el mensaje que transmite, durante las casi dos horas que dura la
función, es que Europa se encuentra en un claro momento de inestabilidad política. Resulta
destacable la actuación de los actores que se expresan de forma excelente en el idioma
correspondiente al país que representan. Todos los participantes de la comisión cultural
proponen motivos relacionados con su nacionalidad para celebrar un acto cultural. Por
ejemplo, Alemania busca celebrar el fin del nazismo y la caída del muro de Berlín. También,
hay referencias a la situación actual ya que en la comisión no aparece ningún representante
de Gran Bretaña a causa del Brexit. Por otro lado, aparecen otros temas que se explotan en
exceso, desde mi punto de vista, como el de la vaca búlgara.
Por último, hay que resaltar la dedicación impecable y no forzada de los actores, la música
escogida y la referencia a ciertos personajes históricos.
Daniel Zamora
1º de bachillerato A
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