Espejo, espejito…__________________________
Un votante de Vox en una habitación de espejos distorsionadores de feria: cuarenta
años, le empiezan a salir entradas y cada día nota que le cuesta subir más las escaleras
y se le marca visiblemente la papada. Mira el espejo que tiene delante y le salen espuma
e insultos de la boca al ver una pareja de chicos besándose, cogidos de la mano, felices,
sin miedo; esto le incomoda, le recuerda esa lejana juventud en que cuestionaba su
sexualidad, se masturbaba entre la vergüenza y las lágrimas, y su padre le llamaba
maricón por ponerse colonia. Rompe el espejo.
En el siguiente espejo se ven mujeres en marcha por la libertad y los derechos, mujeres
talentosas e independientes, presidentas, escritoras, empresarias y mecánicas: Sin
ellas a su disposición todo el día, ¿quién cocinará, hará la limpieza y le dirá lo
maravilloso que es? Porque él no lo hará ni quiere hacerlo, su orgullo no se lo permite.
Ve a una mujer “trans” que es respetada y puede respirar al fin después de la operación,
y él se pudre por dentro, rompe el espejo. Si él no puede quererse a él mismo y estar
orgulloso de su cuerpo, nadie más lo hará. Tiene trocitos de cristal roto en los ojos, está
ciego. ¿Y qué hará con ese inmigrante de Afganistán que sueña con la paz y ayudar a
su familia y vivir honradamente, y en total amabilidad y abnegación? Lo expulsará, no
escuchará sus gritos de ayuda y dolor cuando se esté ahogando en el mar, porque él
nunca ha pasado hambre en su vida, no sabe lo que es la guerra, el miedo, que la
muerte pueda llegar en cualquier momento, piensa que está exagerando. Va rompiendo
todos los espejos que encuentra porque no le dan su reflejo, solamente felicidades
ajenas que él nunca conocerá; va quemando y envenenando los espejos hasta que
cambia su voz (su identidad) por un muro de odio, envidia e inseguridad.
Cuando uno tiene miedo a lo diferente no cree realmente en su inferioridad, sino en su
propia superioridad: el prejuicio tiene una relación de dependencia en contra de su
voluntad con lo diferente, necesita desesperadamente que le haga de espejo para
engrandecer su figura, hacerle sentir superior, poderoso, el amo que domina la situación
y no puede hacer nada mal. Sin este espejo hecho de opresión y frustración no es nadie
ni puede hacer nada, porque la alabanza es sinónimo de voluntad. El votante de Vox
odia y teme lo diferente porque le recuerda que hay personas que llevan con orgullo lo
que él reprimió y le provocó sufrimiento y el callarse las cosas, vivir de la opinión de los
demás y esconder el verdadero yo. Porque amenaza la seguridad y confort de las ideas
que le inculcaron de pequeño y que cree que son intocables, la única verdad absoluta
que debe dominar el resto; no ha conocido otra cosa y no tiene el valor de adentrarse