Racó literari
Relato
comandante de la compañía, el señor Patterson. Estaba hablando por el telégrafo
con un oficial de Wichita, solicitando apoyo aéreo sobre nuestra posición.
Al cabo de una hora, los aviones llegaron y estaban intentando derribar a los
alemanes. Todo acabó en unos minutos. Los alemanes se retiraron a causa de la
abrumadora superioridad numérica de nuestros aviones. En ese momento, salí del
puesto de mando, habían caído unos cuarenta soldados. Ayudé a sacar a los
heridos de debajo de los fragmentos de un avión derribado.
Al caer la noche, hablé con Patterson y solicité enviar una patrulla a buscar heridos
por la zona e intentar averiguar qué había pasado con la gente que iba en la barca.
8 de junio de 1944
Destrucción, superación, matanza y victoria
Pasaron unas tres horas.
Cada 15 minutos, la patrulla debía contactar con la base para saber cómo iba la
expedición. Hubo tres silencios en radio. La patrulla no daba señales hacía 45
minutos. Cogí a siete hombres, entre los cuales estaban: Kerry, Jackson y Smith.
Nos fuimos a buscar la patrulla perdida.
Buscamos durante dos horas, pero no vimos ni rastro. Había perdido toda esperanza
hasta que vi algo entre las hierbas. Era un reflejo de algo, ¿Pero, de que? Me
acerqué a ver y encontré unas gafas junto a un brazalete. Era de uno de los
hombres de la patrulla. Cerca a unos metros, encontré la radio que usábamos para
comunicarnos entre nosotros. Parecía estropeada, no se paraba de mover entre las
distintas frecuencias y, de golpe, se paró en una de ellas.
Estaba todo en silencio, y con un hilo de voz a través de la radio se escuchó a
Warren decir “ Ayud……”. Se cortó. ¿Estaban vivos? Pero, ¿dónde? No entendía
nada. Estaban pasando cosas raras, y yo, estaba decidido de que llegaría al final del
asunto.