Racó literari
CALLEJÓN SIN SALIDA
-¡No! ¡Jamás le haría daño a una mosca! -se pone a llorar.-Lo que hice fue
reservar por internet dos billetes de avión que nos llevasen a las
Maldivas.
Sara y yo nos miramos.
-Tantos años trabajando de lo mismo-prosigue, -te da la oportunidad de
tener el privilegio de preparar ahorrar unas vacaciones que te ayuden a
desconectar de tu vida diaria. Y eso quería hacer. Darle a mi mujer todo
el cariño que no le había dado hasta ahora y que la había llevado al
adulterio.
-¿Hay constancia de esos billetes?-pregunta mi compañera.
-Sí… los compré por aterriza.com-responde.
-¿Qué día?
Cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás.
-Hace justo una semana, el día cinco.
Miro al cristal tintado y hago una señal a Juan (que ha estado ahí durante
todo el interrogatorio junto a Raúl) para que vaya a comprobarlo.
-¿Dónde estabas el amanecer del lunes entre las dos y las tres?
-Durmiendo. Alicia me dijo que no la esperase despierta, y yo le hice
caso.