Racó literari
CALLEJÓN SIN SALIDA
Una gota de sudor recorre la mejilla de Hugo. Está nervioso; muy
nervioso. Le tiemblan las piernas y se rasca el pelo cada dos por tres.
-¿Desde cuándo conoces la existencia de ese teléfono móvil?-pregunta
Sara.
-No… no lo sé.
-Hugo, necesitamos que colabores.
-¡Que no me acuerdo! No solo han matado a mi mujer, sino que encima
soy sospechoso. ¡Yo no la mate! ¡Lo juro! -grita.
-Cálmate por favor-le ordeno. -Explícanoslo todo.
Se echa para atrás con la silla. Se tapa la cara, suspira y empieza a hablar.
-Hace unas cinco semanas, mientras buscaba unos papeles limpiaba, vi
que la caja fuerte de Alicia estaba abierta. Nunca me había dejado ver lo
que contenía desde que se la compró, en aquel entonces haría unos
meses, así que fui a ver qué había. “Es un móvil de mierda” pensé, “vaya
estupidez”. Pero luego recordé que tenía otro, y que si ese lo guardaba
allí, era por algo bastante gordo-vuelve a echarse hacia adelante y se
apoya en la mesa.-Sé que no debí hacerlo, pero encendí el teléfono y vi lo
que deseaba no encontrarme: Alicia tenía un amante. Lloré un buen rato,
pero luego decidí que tenía que hacer algo. Enfurecido, cogí y…
-…Y la seguiste para matarla-le interrumpo, acabando la frase.