Racó literari
CALLEJÓN SIN SALIDA
hacían. Hasta que se emborracharon. De pronto les cambió la actitud. La
mujer de la foto estaba muy seria, y su acompañante igual. No sé lo que
debió de pasar, pero algo gordo, porque pasados unos minutos se fueron
y ya no volvieron-hace una pausa. -Ah, y se dejaron esto-dice, sacando
una cadena de oro blanco con una pequeña cruz.
-¡El collar!-exclamo, abriendo los ojos.
-¿Podría describir a la otra mujer?-pregunta Sara, a quien no le ha
sorprendido mucho encontrar el collar.
-Pues… era rubia, ojos color miel e iba muy pintarrajeada. Pero era
guapa, eso sí.
-Clara González-afirmo, mirando a mi compañera.
Nos encontramos de nuevo en la sala de interrogatorios, esta vez el
tercer miembro es Clara. Va vestida de negro todavía, de luto.
-Creo que hay algo que no nos has contado, Clara-le digo, presionándole.
Suspira. Tal vez estemos frente a una asesina.
-¿La mataste?-pregunta Sara, a la que se le está acabando la paciencia.
-¡No!-responde Clara.-¡Era mi amiga!