Racó literari
CALLEJÓN SIN SALIDA
-Aunque, ¿tú no querías un caso de novela negra? Pues ya lo tienesafirma, levantando una ceja, esta vez acompañada de una sonrisa
maliciosa. -Y, por si no lo sabes, los policías de tus películas también
tienen vida privada.
La miro y, de nuevo, la vuelvo a besar.
Sara ha llegado a comisaría hace unos veinte minutos. No nos gusta llegar
juntos, por si sospechan algo de nuestros encuentros íntimos, por lo que
siempre se adelanta.
-David, aquí hay alguien que te busca-me sobresalta Raúl, el inspector.
Es Hugo. Ha vuelto a comisaría. ¿Tendrá algo que contarnos?
-Hola, de nuevo-me saluda. -He venido para deciros que, cuando me
disteis las posesiones de mi difunta esposa, os olvidasteis de darme un
collar.
-¿Un collar?-pregunto extrañado.
-Eh… Sí. Era un collar de oro blanco con una pequeña cruz. Se lo regaló su
madre antes de morir, y jamás se lo quitaba. Por lo tanto, debería estar
en la caja, junto a lo demás-explica.
-Cuando la encontraron no llevaba el collar. Es decir, todo lo que tenía
puesto te lo hemos entregado.