Racó literari
HISTORIA DE UNA ASESINA
A la mañana siguiente, Olivia y Ángel llamaron a la familia de Luis
Moreno y a las familias de José Álvarez y Nicolás Garmendia.
Decidieron que merecían ver cómo se hacía justicia con la persona que
mató a estos. También invitaron a la mejor amiga de Helena, Sandra
Gutiérrez y a la mejor amiga de Julia, Marta Ibáñez.
Prepararon un inmenso desayuno, con tostadas, empanadillas, fruta
fresca, jamón ibérico, gambas al vapor y lonchas de queso. Para beber
había té o café y toda clase de zumos recién exprimidos.
A Helena y Julia les parecía innecesario el festín que sus padres habían
preparado en la cocina.
- ¿A qué viene todo esto? Hoy no es el cumpleaños de nadie -repetían
sin parar.
-Todos necesitamos comer -respondió Ángel. -No puedes invitar a
alguien a estas horas de la mañana y no darle de desayunar. Y ya
puestos, que sea un desayuno por todo lo alto. Y ahora, chicas, id al
salón a sentaros, que aquí no tenéis nada que hacer.
Cuando llegaron los invitados, se sirvieron todo lo que quisieron en un
plato y se reunieron en el salón, alrededor de una mesita (sin embargo,
de camino al salón hubo mucho movimiento en el recibidor y mucho
paseo por las habitaciones de toda la casa; querían ver el lugar en que
vivía la asesina de sus familiares).
En la puerta de entrada a la casa había varios policías dispuestos a
llevarse a Anaïs de una vez por todas; solo ellos (a parte de la familia
García Sánchez) sabían lo que iba a suceder.