Racó literari
HISTORIA DE UNA ASESINA
cuerda colgando de un árbol y que finalmente cayó al suelo, lo que le
salvó la vida a Anaïs. Sabemos que, también, Anaïs vio a su atacante
encima de una rama. También dijo que oyó pasos alejándose. Pero,
¿vio alguien más al atacante en algún momento?”
Anaïs frunció el ceño, mientras que Julia y Helena intentaban descubrir
a dónde quería llegar su madre.
“Veréis, me pregunto si existe la posibilidad de que ese supuesto
asesino no existiese. ¿Y si fue Anaïs quién enganchó la cuerda al árbol
y metió la cabeza en el nudo corredizo?” Prosiguió.
“No sé quién vio qué. Tendrás que preguntar tú misma.”
“Pero mamá, si nadie quiere matar a Anaïs, eso significa que podemos
volver a la escuela.” Interrumpió Helena la conversación.
“Lo siento, pero realmente alguien intentó matarme. ¿Por qué me
tomaría yo tantas molestias en fingir un intento de asesinato?”
“Para provocar compasión. Está bien que los profesores y los alumnos
dejaran de verte como una asesina y empezaran a verte como la
víctima” respondió.
¿De verdad Olivia creía todo aquello que estaba diciendo? ¿O
únicamente estaba evaluando a su hija? Helena y Julia estaban seguras
de que en unos segundos su madre pediría perdón a Anaïs y le daría un
fuerte abrazo, como hacía siempre cuando se creaba un problema.
Todas sabían que la pequeña de la casa no había fingido su propia
muerte; esa idea era incluso más diabólica que la de matar a alguien,
por retorcida.