Skapa't Nadal 2018 | Page 17

cruel que sueñe en viajar con tanta pasión. Sufre en silencio, juzgada y dejada de lado por todo el mundo, con un marido al que quiere incondicionalmente, aunque él nunca haya intentado entenderla. Las pastillas y esa falsa imagen idealizada de la Antártida son lo único que la hacen sentir viva y que la separan de la autolesión y el suicidio. En realidad, Harper es una mujer fuerte, inteligente, cariñosa y llena de potencial, pero la depresión y el mundo le han dicho que es una inútil que no vale nada. Se preocupa por Joe y está dispuesta a perderlo para siempre para que él pueda triunfar en Washington. Después de tantos años de que se lo repitan todos los días, acaba creyendo que esas mentiras son la verdad absoluta. Harper, al final de la obra, consigue un final agridulce: su mente ha abandonado definitivamente su cuerpo, flotando entre sueños y visiones, al saber la verdad sobre Joe. Al mismo tiempo lucha y huye de sus problemas, intentado escapar inútilmente de una vida fracasada y demasiados años perdidos para nada. Esos miedos al abandono, las paranoias con un hombre que la persigue con un cuchillo, se han hecho realidad. Joe siempre ha sido el hombre del cuchillo. Ella es una heroína trágica que rompe etiquetas, prejuicios sobre la adicción y la salud mental; es la única que ve con claridad la verdad sobre la vida y la humanidad, que al final ella domina su propia vida. Su concepto de la Antártida es, en realidad, un símbolo de ella misma: un lugar precioso y feliz, aunque desolado y solitario. La representación de una mujer torturada y reprimida. Joan Grau 1º de bachillerato B