Skapa't Nadal 2018 | Page 63

Nunca lo supo realmente, pero siempre imaginó que ella esa noche sí que le contestó, con una dulce sonrisa… Al quedarse solo en aquella habitación, simplemente por la ausencia que ella había provocado, José se dio cuenta de que se había enamorado. Pasaron los días, y con ellos las semanas y los meses, como un reloj que gira a toda velocidad, y cada noche ellos estaban allí, en aquella habitación, en la que se habían enamorado... en la que habían compartido todos sus momentos juntos. Un día José ya no pudo soportarlo más y quiso confesarse a ella: - Estrella. - ¿Sí? - Tengo que decirte algo. - Claro, dime, que es lo que te preocupa. - No me preocupa nada, es solo que... Te amo, te amo como nada en este mundo, cuando te vas todo mi mundo se viene abajo, te necesito, eres lo único que realmente me importa. - Yo también te quiero, pero... - ¿Pero qué? ¿Cuál es el motivo por el que no podamos estar juntos? Quizás... ¿Es alguien? - ¡No, no es nada de eso! Es solo que yo... - ¿Qué tu qué? - ¡Que vivo en la noche! Estrella, sin esperar ni si quiera a que José respondiera, se marchó, dejándole solo, inmóvil, como siempre en aquella habitación. Al día siguiente, José se lo pasó pensando en lo que le había dicho Estrella. A él no le importaba que ella estuviese atrapada en la noche, más bien la parte optimista de José salió a la luz: - ¡Viviremos juntos en la noche! O donde quiera que vayamos, mientras que sea con ella… Al día siguiente empezó a elaborar el plan para poder conseguir vivir eternamente con ella en la noche. Su mente fantaseó con recipientes de colores llenos de venenos exóticos, creyendo que de esta manera, al cerrar los ojos, solo podría ver oscuridad, y por lo tanto quedaría atrapado para siempre en ella, junto a su amada. Se vio a sí mismo recostado en su cama, bebiendo el mortífero líquido y antes de cerrar los ojos para siempre, miró al techo y empezó a recordar el aspecto que había