arreglar, lo cual me hizo desconfiar, porque se suponía que era un gran abogado…
Comenzamos a hablar.
- Hola, soy el campesino de Vielha.
- Ya, te he llamado porque necesitamos ayuda para un trabajo.
- ¿De qué se trata?
- Necesitamos recolectar una plantación de flores, algo sencillo. En uno
o dos días estará listo y ganarás 1000 euros.
- ¡Ohhh!, ¡qué bien, fantástico! Como lo mío es la jardinería, perfecto.
- Mañana te espero en la carretera dirección a Barcelona, km 55.
- De acuerdo, hasta mañana.
Al día siguiente, nos encontramos en la dirección indicada y allí me presentó a
Berto, un hombre rudo, fuerte y con ojos saltones, que casi daba miedo solo verlo.
Me dijo que le siguiera y que me daría las indicaciones.
Nos acercamos a una plantación donde había unas plantas muy raras que nunca
había visto a pesar de mi experiencia. Le pregunté qué tipo de plantas eran y me
contestó: ”Son unas plantas tropicales de las que su fruto es exquisito”. También me
dijo que teníamos que recoger la plantación y ponerla en fajos para su transporte.
Comencé a hacer mi trabajo. Las flores desprendían un olor muy fuerte hasta el
punto de marearme. Era curioso, Berto me decía que tenía que ir más rápido porque
ya era de noche. También me decía que mejor que no me viera nadie porque eran
unas plantas muy especiales. En ese momento le dije: “Berto, que mi vecino tiene
unas plantas muy parecidas y son ilegales”. Y de golpe y porrazo, esa noche perdí
completamente la memoria...me desplomé al suelo.
Cuando me desperté seguía en el campo, pero no me acordaba de nada. Estaba
todo limpio, no quedaba ni rastro de una plantación, ni de quién era ni de qué hacía
allí. Me quedé unos instantes pensativo cuando de repente vi que un señor se
acercaba a mí. Sentí que lo conocía, pero no sabía quién era. Cuando llegó, me
empezó a hablar:
- Hola, ¿estás bien? Parece que te has mareado.
No me acordaba de lo que había pasado y decidí preguntarle:
-¿Quién eres?, ¿qué ha pasado?, ¿dónde estoy?
Se quedó unos instantes pensativo y respondió: