estar por aquí… - seguía rebuscando entre la ropa.
- Está encima de tu mesita de noche.
El hombre la escuchó, se dirigió a la mesita y localizó el alfiler. Lo cogió y marchó de
la habitación sin haberla mirado ni una sola vez. La mujer escuchó la puerta de la
entrada de la casa cerrándose. La nube se desvaneció.
Releyó los primeros nombres del prólogo. Se preguntaba quiénes eran esas
mujeres, así que se levantó de la silla y se encaminó al ordenador. “Lilly Reich”-
buscó en Google. Se informó. Lilly Reich una diseñadora moderna alemana. Diseñó
el Pabellón Alemán de Barcelona y muchas otras obras junto a su pareja, Ludwig
Mies van der Rohe, quien se llevó toda la fama. Seguidamente buscó a Lise
Meitner. Meitner descubrió la fisión nuclear, pero quedó a la sombra de un hombre y
no se reconoció su trabajo hasta doce años después de su muerte.
La mujer volvió a su habitación y retomó la lectura. Releyó la dedicación de la
primera página. “Para todas esas mujeres anónimas”. Empezó a reflexionar. ¿Por
qué su hermana le había regalado ese libro? ¿Por qué necesitaba que lo leyese?
Elevó la mirada del libro y observó los cuadros que había pintado. Rodrigo le había
prohibido firmarlos porque decía que, si lo hacía, los clientes no los comprarían.
“Confía en mí, que yo entiendo de esto”- le decía. Él se encargaba de venderlos y
hacía exposiciones sobre ellos cara el público mientras ella hacía las tareas de casa
y pintaba en la habitación. El público conocía a Rodrigo, pero, ¿sabía el público
quién era ella? Había caído en el anonimato.
La mujer, anónima y cansada, se levantó de la silla. Cogió un pincel que había
dentro de un vaso transparente, situado en la estantería. Se acercó a sus cuadros y
plasmó su firma en ellos.
Segon premi de 2n de Batxillerat en llengua castellana
SU CANEALADA VALENTÍA escrit per la Sara Casanovas Gàlvez
Como cada sábado por la tarde, fui a casa de mi tía Natalia. En esa época yo