Skapa't Febrer | Page 52

Reflexión: el paso del tiempo

Cuando era pequeña recuerdo que mi abuela me decía que las virutas de los lápices de colores se transformaban en mariposas si las tenías una noche metidas en un bote de cristal, era muy inocente. Pero luego, claro está, fui creciendo. Y con el paso del tiempo perdí la fe en mundos mágicos, en milagros y alegrías que salen de la nada. Y fui asimilando la seria realidad. Era como un cuaderno de hojas blancas, que se fue llenando. Aunque a veces no puedo evitar preguntarme si de verdad, de verdad, todas esas cosas que creía de niña eran sólo imaginación. ¿Y si no lo fueran? ¿Y si supieran más los niños que los adultos? A lo mejor esta noche, guarde unas cuántas virutas. ¿Y quién sabe? ¡A lo mejor, mañana, tengo la casa llena de mariposas de colores!

Ahora, me acuerdo de las veces que de pequeña, pensaba en las ganas que tenía de hacerme mayor. Tenía que ser rápido, para poder hacer todas esas cosas que mi niñez me impedía alcanzar. Y es curioso que ahora me dé cuenta de lo grande de ser pequeño, que ahora que ya no soy una niña, no hay un día que pase sin añorar todo aquello. Y me doy cuenta precisamente de que mucho de lo que hago tiene ese punto de madurez que me amarga la existencia. La época más apasionante de la vida también puede ser vivida como la mayor pesadilla, la adolescencia...Los cambios de humor, los trastornos de personalidad, el estrés que genera el instituto, las notas bajas, el sentirte sola aunque en realidad estés acompañada, buscar ser aceptado, sentirse incomprendida... Ser adolescente significa quererlo todo de una vez y pasar de todo lo que nos rodea, significa enamorarse y odiar con la misma facilidad, llorar y reír a la vez, querer llamar la atención y a la misma vez pasar desapercibida. Muchas cosas juntas, la mejor etapa de tu vida y en parte la peor.

En mi futuro, quisiera terminar instituto y bachillerato, después prepararme para la universidad y terminar mis estudios satisfecha. Tener siempre mis metas, quizás escribir un libro (es una cosa que siempre he querido hacer), viajar a muchos países, practicar el inglés en el extranjero y valorar cada segundo de mi vida. Tener mi propio coche, disfrutar cada momento y casarme con un hombre que me quiera tanto como yo lo quiera a él, y tener hijos de los cuales sentirme orgullosa y poder servirles de ejemplo. Me gustaría tener una gran familia, un hogar en el cual yo pueda disfrutar con mis seres queridos. Espero que en 10 años sea una persona con amigos, no con interesados. En mi perspectiva yo sé que lo que ocurrirá no será como en mis sueños, pero quien sabe. Soy bastante fantasiosa, pero al menos me propongo lo que quiero, y voy a hacer el esfuerzo de conseguirlo.

En resumen, tuve una infancia muy feliz, tengo un presente…No sabría como definirlo, y espero que mis propósitos se cumplan, o al menos que la realidad se acerque en algún aspecto a mis sueños.

Aida Cerdera, 2nD