UN ACCIDENTE FATAL
Pascual no se podía creer lo que había pasado. ¿Cómo podía ser? Había llegado a sus oídos que su mujer le había estado engañando con el pescadero. Por eso, esta mañana ya no aguantó más; era la tercera vez que la ropa de su mujer olía a pescado y su mente relacionó el olor con los rumores de manera fatal: ¡Mi mujer me ha sido infiel durante toda la semana!
Se dirigió con furia a la pescadería, situada unas calles más allá de su casa. ¡Lo voy a matar! Al llegar, no le dejó mediar palabra a su conocido pescadero. Saltó el mostrador como un torero y cogió el cuchillo que estaba encima de una de las piezas, ante la mirada atónita del propietario. Este trató de forcejear sin éxito ¡Ya casi lo tengo! Y Pascual logró asestarle el golpe final. El pescadero quedó tendido en el suelo y el asesino retiró el cadáver a la parte posterior de la tienda y se dirigió a su casa. Al llegar, fue lentamente donde se encontraba su mujer y le preguntó con tono amenazador:
-¿Qué andabas haciendo con el pescadero?
-¿Qué sucede cariño? -dijo asustada su mujer.
-¿Qué crees que he hecho con él? -le replicó su marido.
-¿De qué estás hablando? ¿Qué ha pasado? –contestó su mujer con la voz medio quebrada.
- Tú ya lo sabes. Lo he matado. Así es como querías que acabara todo, ¿verdad?
Su mujer no daba crédito a lo ocurrido. ¿Cómo he podido estar casada tanto tiempo con un asesino? Ese mismo día fue a la policía a denunciar el asesinato y a poner una orden de alejamiento a su marido sin hacer caso a sus súplicas y perdones. Ella había comenzado las prácticas en la pescadería hacía justo una semana.
Cristian Jiménez, Mireia Obiols y Edgar Valls
4o C
Fragments narratius