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Eutanasia: ¿derecho a morir dignamente o profanación?

Assaig

Todos nos hemos planteado alguna vez cuándo moriremos o cómo. En la sociedad actual la muerte es considerada un asunto de lo más espinoso, y tendemos a evitarlo. De hecho, contamos con un amplio repertorio de eufemismos sinónimos de “morir”. En particular, “llegar la hora”, “pasar a mejor vida” o “irse al otro mundo” son varios de los ejemplos que usamos. Nos cuesta aceptarlo, pero todos morimos. De este modo, los enfermos terminales se ven forzados a ello de manera precoz. Algunos prefieren seguir viviendo, otros deciden morir y que les practiquen la eutanasia, cuya práctica siempre ha causado una gran controversia: ¿Debe ser legal? ¿Es moralmente correcta? Hay abundancia de argumentos tanto a favor como en contra de su aplicación.

Por una parte, existe un gran apoyo a la eutanasia desde colectivos como asociaciones de afectados o parte de la comunidad médica. Sin embargo, usualmente se confunde el estar a favor o en contra de la eutanasia con los ideales políticos. Conflicto moral que trasciende de los partidismos políticos, que no entiende de derechas o izquierdas. Otro personaje ilustre, Stephen Hawking, considerado una de las personas más brillantes de nuestro tiempo, defiende con contundencia “que las personas que padecen una enfermedad terminal y sufren mucho dolor deberían tener el derecho a acabar con sus vidas, y aquellos que les ayuden no deberían ser perseguidos por la justicia”.

Por otra, desde ámbitos más ortodoxos se aboga por la muerte natural. Sin ir más lejos, el recientemente electo Papa Francisco declaraba hace poco que había que proteger la denominada “cultura de la vida”: defender la vida desde su concepción, durante la juventud, la vejez y hasta la muerte natural. Aunque, como he comentado, no solo se defiende esta posición desde ámbitos fundamentalistas. Así pues, la propia Asociación Médica Mundial condena la eutanasia al considerarla contraria a la ética. De hecho, el médico más eminente de la Antigüedad, Hipócrates, recordado como el padre de la medicina, prohibió a sus discípulos la práctica de la eutanasia.

La eutanasia es, pues, un tema muy controvertido que tal vez nunca llegue a solucionarse; empero, sí que podemos establecer nuestro propio punto de vista acerca de su práctica. Todos tenemos derecho a la vida y a elegir cómo vivirla, ya que es el mayor don que se nos ha dado. Por tanto, opino que es de justicia poder decidir cuándo queremos terminarla, especialmente cuando se padece un deterioro irreversible y un sufrimiento insoportable a raíz de una enfermedad terminal.

Héctor Alfambra

2º de Bachillerato A