Skapa't Desembre 2017 | Page 79

Relatos al estilo del Romanticismo
dejando así a la vista únicamente sus ojos negros . Se desplazaba con algún rumbo pero sin decisión , ascendiendo la gran montaña del lago . A Lena le pareció algo insólito y tentador , pues nunca había visto a nadie cerca de aquél recóndito lugar , y menos a esas horas del amanecer . Afortunadamente , ese día su hermano también fue con ella a pastar el rebaño , por lo que podía dejarlo solo unos instantes para saciar la curiosidad que le produjo aquél desorientado joven . A medida que iba siguiendo sus pasos , su curiosidad se hacía mayor , y no se dio cuenta de que llevaba algo más de una hora imitando los movimientos del muchacho para llegar a la cima . Cuando fue consciente de la imprudencia y la insensatez que cometía , se dispuso a dar la vuelta y volver con su hermano , pero una reluciente y cegadora luz que provenía de lo más alto del monte la sobresaltó . Dirigió su clara mirada hasta el origen de aquél potente rayo de luz de un intenso tono añil y , decidida , ascendió todo lo que pudo y observó la extraordinaria situación tras una roca . El chico al que persiguió durante todo el trayecto se encontraba de rodillas frente a una especie de altar de mineral de Amatista , del cual provenía la luz . Sus ojos lucían de un violeta brillante , y su mirada era cada vez más esperanzada . Al cabo de unos momentos , cuando la luz ya había dejado de crecer , de ella surgió la figura de una mujer de largos y ondulados cabellos morados , mirada inquisitiva y penetrante , y con el cuerpo cubierto por una especie de niebla que dejaba tenuemente a la vista su esbelta silueta . Lena la reconoció como una hipnotizador diosa , imposible de imaginar sin verla uno mismo . La apuesta diosa aparentemente proveniente de otro mundo preguntó con su adormecedora voz al joven por un motivo . El chico , mientras se retiraba el pañuelo que cubría parte de su cara pálida por el temor , observaba que no hubiera ningún otro testigo de lo que acto seguido iba a suceder y , a continuación , respondió :
-Amor no correspondido . No puedo aguantarlo más , se lo ruego , hágalo ya .
La figura proveniente de la Amatista lo miró soberbia pero comprensiva , y accedió a dejarle pasar por el portal del que ella surgió . Cuando el joven se incorporó y se puso en pie , Lena lo reconoció ; no era ningún campesino ni ningún mendigo como ella creyó , no . Era ni más ni menos que el príncipe Hans , con el cual había coincidido semanas antes en la celebración de final de año y con el que había conversado toda la víspera . No lo volvió a ver hasta ese mismo día , en el que suplicaba a un ente que le dejara abandonar la vida por no poder estar con ella , una pastora de clase baja que nunca alcanzaría a la clase