Relatos al estilo del Romanticismo
a la vista personas torturadas y llenas de sangre, junto con las pintadas que había en las
enormes paredes. El cuerpo se les estremeció. En el momento en que decidieron salir
de ese lugar y volver, ya era demasiado tarde. Nuestro padre estaba en una esquina de
la iglesia, cerca de la salida. Vio cómo una sombra negra salió de la oscuridad
acercándose lentamente a nuestros abuelos. El miedo les impidió correr. Ninguno de los
dos sabía lo que ocurría, pero tenían claro que no conseguirían salir de aquella masacre.
La oscuridad inundó el ambiente. Mi padre se quedó ahí toda la noche. A la mañana
siguiente mis abuelos no estaban; habían desaparecido, y nuestro padre tampoco se
encontraba en la casa. Toda la familia empezó a buscar en los sitios más cercanos,
incluida la iglesia. Al entrar, todo estaba en perfecto estado, nada sospechoso. Thomas
fue encontrado en el suelo tiritando de frío, pero dormido. Era pequeño, mas nunca
olvidó aquella noche. Al cabo de unas semanas la policía cerró el caso y nuestra familia
se cansó de buscar en vano. Todos lo olvidaron, excepto mi padre.
Como iba diciendo, después de 20 años, nos encontramos en las puertas de la misma
iglesia, con el fin de buscar sentido a la desaparición de nuestros abuelos y justicia para
nuestro padre, fallecido. Todo permanece tranquilo y en silencio. Queremos entrar,
pero algo nos lo impide. Las imágenes que nos ha descrito nuestro padre durante toda
su vida sobre aquel pueblo y aquella iglesia nos vienen a la cabeza. Nos fuimos, y pese a
que no encontramos respuesta a aquella noche, preferimos dejar el pasado en su lugar.
Emma Jiménez y María Sabín
4º A
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