Skapa't Desembre 2017 | Page 90

Relatos al estilo del Romanticismo
Puso sus dos pies en el río y al ver que no pasaba nada metió todo su cuerpo dentro. El miedo le volvió al cuerpo al sentir como una fuerza extraña lo arrastraba hacia abajo con los gritos de las marquesitas de fondo y él, solo chillaba“ Catalina”.
Ambas se acercaron a la orilla asustadas y un escalofrío les recorrió a las dos el cuerpo cuando el cuerpo muerto del pueblerino salió flotando con un rostro pálido, la boca abierta sin dientes y sin pelo.
-¡ Te dije que era una mala idea!-gritó Isabela hacia Claudia con rabia.-¡ Está muerto!
-¡ Lo estoy viendo!-Claudia estaba desesperada. Acababa de morir su invitado por su culpa.
-¡ Siempre haces lo que te da la gana!-
Isabela seguía chillando hasta que sintió su corazón pararse y su cuerpo volverse frío mientras pequeñas lágrimas empezaron a salir de su cara hasta que su cuerpo quedó igual de inerte que el de Daniel. Claudia tardó en darse cuenta de lo que había pasado. Su hermana había muerto delante de sus ojos mientras lloraba.
La chica viva volvió a su casa entre lloros, volvió a burlar al servicio y llegó a su habitación. Con un puñal cortó un poco su muñeca, lo suficiente para que sangrara sin morir y escribió en su pared con su sangre. Después se tumbó en su cama y susurró“ perdón” antes de clavarse el puñal en el estómago.
Los marqueses llegaron por la mañana corriendo. Habían encontrado la macabra escena del río al volver su viaje y sintieron miedo y curiosidad al no ver a Claudia con ellos, ni viva ni muerta. Abrieron las puertas de su habitación y se encontraron a su otra hija, muerta de una puñalada y tumbada en la cama. Fue la marquesa la que chilló a notar la pintada en la pared. La pintada con sangre.
Claudia había escrito CATALINA.

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Nerea Sánchez 4 º D