Relatos al estilo del Romanticismo
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Qué mejor felicidad puedes darme que no sea la de palacio-. Respondió la chica
con una ligera arrogancia.
- Detente y te daré riqueza.
- Qué mejor riqueza puedes darme que no sea la de la nobleza.
- Detente y te daré mi vida.
- Para qué querría yo tener una vida desgraciada.
En ese momento el cuerpo del joven se desvaneció haciendo caer los trapos sucios y
viejos que llevaba como ropa. El rostro de la chica se puso pálido y su corazón se heló al
ver esa escalofriante imagen. Seguidamente cayó desplomada en el suelo para no volver
a levantarse.
Guillem Ayuso y Gerard Olivares
4º A
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