Relatos al estilo del Romanticismo
El relato del Alma Perdida
Hay relatos cuyas historias cuentan aburridas vidas alegres, exitosas, plenamente
dichosas y con problemas insignificantes, las cuales acaban con un final feliz y nadie
quiere leer. Otras, en cambio, explican magníficas desgracias, entusiasmadas agonías,
fascinantes desamores melancólicos y el rechazo hacia unos pocos marginados por la
sociedad.
Ahora, estimado lector, te presento El relato del Alma Perdida.
Pasan los minutos, las horas y los días, el cielo sigue llorando y yo sigo vagando solo, en
busca de alguien que sepa amar a esta pobre alma, que viaja sin rumbo por las ciudades
de Castilla, encontrándose con mil miradas de superioridad. Pocos fueron los lugares en
los que los lugareños parecían aceptarme. Pero ese sentimiento era efímero, todos
acudían al rechazo en cuanto sabían de mí, un pobre escritor que solo deseaba ser
escuchado en un mundo donde la libertad de expresión estaba no solo reprimida, sino
que también mal vista.
Era un día largo, empezaba a anochecer y con dificultad encontré un pequeño pueblo.
Las calles permanecían vacías. Se podía percibir un silencio sepulcral, tanto que llegaba
a inquietar. Me dirigí a la primera casa que vi. Seguidamente llamé a la puerta y pregunté
en voz alta si había alguien. Al cabo de unos segundos la puerta empezó a moverse
lentamente, produciendo un extraño sonido agudo, que indicaba su vejez. Al abrirse
completamente, salió una mujer bastante mayor, a juzgar por su apariencia. Llevaba un
vestido largo y blanco que le daba un toque elegante a su figura. La miré discretamente
de arriba a abajo. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo cuando acabé, pero algo me