En el 2015, Socios En Salud se unió al Ministerio de Salud en el avance de la agenda de servicios de salud mental comunitaria. En ese momento, la mayoría de los pacientes en el país fueron atendidos en uno de los 3 hospitales psiquiátricos de Lima, por lo que había mucho trabajo por hacer. Mientras que el MINSA se enfocó en la implementación de los servicios de salud mental en los Establecimientos de Salud o en los Hospitales, además de los nuevos Centros de Salud Mental Comunitarios, Socios En Salud se alistó para abrir el primer Hogar Protegido de Lima para mujeres con esquizofrenia, crónicamente hospitalizadas, pero médicamente estables. Los hogares tenían como objetivo identificar a las personas con enfermedades mentales crónicas que vivían en un hospital psiquiátrico, a veces durante años, porque no tenían una familia con la que podían regresar y que pudieran proporcionar la atención y el apoyo necesarios. El concepto no era nuevo: en Iquitos, dos Hogares Protegidos administrados por el Hospital Regional ya funcionaban exitosamente. Pero la idea de llevarlos a Lima era novedosa, ya que Socios En Salud, una organización comunitaria que trabaja en Carabayllo- Lima desde 1994, tomaría el liderazgo en encontrar e implementar una casa adecuada, reclutar y capacitar a trabajadores de salud comunitarios no especializados que proporcionarían supervisión constante en la casa.
En el 2016, Socios En Salud abrió el primer Hogar protegido, acogiendo a 6 mujeres que han estado viviendo en hospitales psiquiátricos en Lima. Dado que éste es un hogar y no un hospital, el espacio está diseñado para vivir en grupo y no se ofrecen servicios de salud mental en el lugar. En cambio, la casa está a poca distancia de un centro de salud y el centro comunitario de salud mental donde se prestan los servicios. Los residentes disfrutan participar en la vida de grupo, incluyendo cocinar, limpiar y socializar: ¡ este es su hogar!
En las páginas que siguen, le presentamos una guía completa de " cómo " iniciar un Hogar Protegido en su comunidad, para que las personas con enfermedades mentales crónicas puedan vivir con indepedencia y dignidad, como cualquier persona desearía vivir: en casa.