La síntesis de melatonina no es constante a lo largo de la vida. En los humanos, su producción rítmica empieza a los tres o cuatro meses de edad. A partir de ahí, aumenta de forma espectacular hasta alcanzar su máximo entre los ocho y los diez años. Luego, coincidiendo con los cambios puberales, la producción disminuye con bastante brusquedad.