Sin Fronteras Spring 2018 Sin Fronteras 2018 | Page 48

un berrinche y le rogó a la enfermera que dejara que la niña viera a su madre aunque fuera algo rápido. La enfermera, por su parte, cedió fácilmente. Recorrieron los pasillos coloridos con tranquilidad. Ella simplemente se quedaba mirando con confusión todas las decoraciones azules y rosas que adornaban las puertas de cada cuarto. Pronto se detuvieron frente a una puerta que también tenía grandes moños y globos. Esta vez eran azules. La enfermera miró directamente a Lily antes de abrir la puerta y le dio algunas instrucciones, pero todo lo que Lily podía oír eran sus ruidosos pensamientos. Solamente miraba los ojos azules de la enfermera que transmitían una gran seriedad mientras hablaba con palabras imposibles de comprender. Cada palabra y cada vocal resonaba en sus oídos sin tener sentido alguno. Poco a poco su mano se estiró hasta alcanzar la perilla de la puerta. La tomó con fuerza suficiente para girarla completamente y crear una pequeña apertura por la que solamente era visible el piso y una parte de la pared amarilla de aquel cuarto. Lily dejó escapar un suspiro y momentos después entró. Corrió hacia su padre para abrazarlo, pero parecía un poco ocupado. Él sostenía un pequeño bulto y le sonreía. ¿Qué era esa cosa y por qué tenía toda la atención de su padre? -Lily, aquí está tu nuevo amigo. ¿Esa cosa pequeña y arrugada? Todo lo que sus ojos veían era una criatura calva e inútil. Parecía que ni siquiera sería capaz de recoger una de sus barbies. ¿En qué estaban pensando sus padres? Ella estaba lista para llevárselo y colocarlo dentro de un cajón ya que, para su gusto, esa pasa gigante no cumpliría todo lo que sus padres le prometieron. Pero antes de que pudiera hacerlo, un muy, muy buen doctor vino a hacerlo por ella. Bueno, no exactamente, pero se lo llevó en una mesa rodante que Lily apreció mucho. –¡Vámonos antes de que regrese!–gritó a su padre mientras él comenzaba a tomarla de la mano. Simplemente la sentó y le explicó por qué eso no sería posible. Le dio una larga charla acerca de cómo él sería parte de la familia de ese momento en adelante. Pero ella lo ignoró mientras planeaba cómo deshacerse de aquel. No pasó mucho tiempo antes de que su abuela finalmente entrara a la habitación para recogerla y llevarla a casa. Pero ¿cómo iba a funcionar su plan desde su casa? Y fue en ese preciso momento que decidió comenzar su berrinche, el mismo que había contenido desde que llegó a ese hospital. Gritó, corrió hacia su padre y se arrojó al suelo. Su madre se despertó y le gritó que se calmara, algo que nunca había hecho antes. Viendo esta nueva reacción, 40