— Pero claro que sí ; ven , acércate — respondió mientras lo jalaba de la corbata hacia ella y debido a su altura hizo que Sebastián se hincara a medias , de modo que de lejos estaba seguro de que parecía que estaba a punto de hacer popo . — Algo me hace sospechar que tú no eres mucho de trajes , ¿ por qué tan formal ?
— Estoy a tan solo horas de proponerle matrimonio a mi novia y quiero verme lo mejor posible — contestó Sebastián con una risa nerviosa . — Qué curiosa es la vida . —¿ Por qué dice eso ? — Hoy sería mi aniversario de bodas número sesenta . Desafortunadamente él ya no está aquí para celebrarlo , pero fue justo en esta estación de trenes que lo conocí . -Lo siento mucho — respondió Sebastián con sinceridad . — No tienes por qué , me hace feliz saber que alguien más está empezando su historia en este mismo día — la señora sonrió y le dio dos palmadas en el pecho a Sebastián para indicar que la corbata estaba lista . — El universo trabaja en maneras misteriosas .
Ramón
—¡ Que tenga un muy buen día !— exclamó tras la señora que ya iba a la mitad del camino con un tacón puesto y el otro en la mano . Iba tarde a su primer día de trabajo y estaba muy nerviosa , o al menos eso había entendido Ramón al escuchar su conversación por teléfono .
No es que quisiera , pero con su trabajo era casi imposible ignorar las conversaciones que tenían su pasajeros . Es como si se olvidaran completamente de que hay otra persona en el carro con ellos . “ De lo que se viene enterando uno ”, pensó Ramón . Tomó su celular y aceptó el próximo viaje que palpitaba una y otra vez en la pantalla cada vez haciéndose más pequeño .
— Hola , muy buenas tardes , mi nombre es Ramón y seré su conductor de Uber el día de hoy — dijo con una sonrisa .
Si tan solo le pagaran por la cantidad de veces que había recitado esas palabras durante el último mes . La mujer que se subió le dio una sonrisa forzada antes de que sus ojos regresaran a la pantalla de su celular . La señorita llevaba un gafete de color azul colgado en el cuello . Ramón no pudo evitar recordar su primer concierto , el ticket de admisión era casi idéntico . Debió de haber sido hace más de treinta años que vio a Queen presentarse . Su icono desde entonces fue y siempre sería Freddy Mercury . Se volteó a ver rápidamente el espejo y justo como lo había hecho hace treinta años maldijo sus genes y su inhabilidad por crecer pelo facial . Lo que daría por tener el bigote de ese maldito cantante .
Iban a la mitad del camino cuando el celular de Ramón timbró . Le pidió una disculpa a su pasajera y colgó la llamada , era su esposa . Entraron otras tres llamadas durante el mismo minuto , vaya que era insistente . La pasajera terminó por decirle que tomara la llamada .
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