Sexta Edición | Page 2

EDITORIAL #PensarConSentidoComún Las fuerzas democráticas impulsan el retorno a la vía electoral, terreno donde la oposición ha sido exitosa, aun con la parcialización total existente en el Consejo Nacional Electoral durante el año 2015, cuando teníamos todo en contra. A pesar de los obstáculos, la oposición ganó la mayoría de los escaños en el Poder Legislativo. También, ese CNE con el cual se eligió la actual AN, fue nombrado por el TSJ; sin embargo, tal condición no impidió el triunfo opositor. Por tanto, no es hora de abandonar los espacios de lucha, sino de fortalecernos con organización y coraje para recomponer a Venezuela. La crisis solo se superará con orden, instituciones y paz. No esperemos soluciones mágicas; es necesario afrontar el reto de salvar a Venezuela. La mayoría de los ciudadanos clama por un verdadero cambio, sobre todo, los de pocos recursos económicos, quienes padecen, día tras día, las numerosas penurias y dificultades. Antes de cruzarnos de brazos, es momento de actuar y organizarnos para sacar al país del hueco donde está. El caos, la división y la abstención solo fortalecen al gobierno. Con la ruta democrática es posible expresarnos, y mientras ocurra con mayor organización, haremos valer nuestra voz. No obstante, el alcance dependerá de nosotros mismos y no de otros con promesas de salvarnos. Venezuela requiere resolver los propios problemas entre sus conciudadanos de manera responsable y madura. La abstención y las sanciones económicas agravan la situación, antes de resolver el día a día de la gente. La clave para la reconstrucción de Venezuela incluye a un parlamento que trabaje a favor del presupuesto necesario para la recuperación de los acueductos y del sistema eléctrico nacional, hasta convertirse en referencia institucional para aquellos aun no escuchados, como consecuencia de la polarización. Irán, Rusia y Cuba son vivos ejemplos de países sancionados, cuyos gobernantes continúan en el poder, sin avizorarse cambio alguno. Es necesario disipar todo ánimo conflictivo de nuestras relaciones internacionales. Es posible convertir a Venezuela en un territorio de equilibrio geopolítico; somos un país en crisis y la beligerancia acentúa nuestra dramática situación. Venezuela debe erigirse como un factor de equilibrio, conciliación y unión de los pueblos americanos, donde se aprovechen nuestros recursos naturales y humanos. Es esencial incluir en nuestro foco mejores oportunidades para todos los venezolanos. ¿Si no votamos de forma organizada, qué hacemos entonces? ¿Cuál es la propuesta alternativa? La ruta propuesta por algunos es continuar con la dinámica de la violencia y el caos, y tal condición es inviable. Ningún país del continente apoyará acciones armadas extranjeras; las rebeliones internas tuvieron un rotundo fracaso y arrojaron un lamentable saldo de muertes, heridos y encarcelaciones. Es imprescindible asumir la realidad como nación autónoma y encarar con racionalidad las vías posibles para superar el conflicto y recuperar a nuestro país desde el punto de vista político, social y económico. Es irresponsable quedarnos a esperar el cambio en el gobierno sin hacer lo debido según nuestras convicciones democráticas. Ni la gasolina, ni los alimentos llegarán a los hogares venezolanos si se insiste en el camino subversivo interno o en el llamado a la intervención internacional para solucionar nuestra problemática. Pensemos con sentido común; actuemos con seriedad y madurez; unamos a nuestro pueblo para rechazar esta dantesca situación. Es a través del voto como levantaremos nuestra voz y reclamaremos cívica y organizadamente; el sufragio es la alternativa de mayor contundencia para la protesta con la cual podemos y tenemos que acometer. @elguacharov