HABLA LA TERCERA EN DISCORDIA. RECLAMA DERECHOS DE AUTOR
Declaraciones de testigos y la correspondencia entre los dos artistas, han concluido que la trifulca acabó cuando Gauguin, un experto espadachín, le cortó una oreja a su amigo.
CALIBÁN - Buenas tardes, cuéntenos qué paso ese día?
OREJA - Como le va, bueno ese día me encontraba transitando junto a mi dueño, el pintor Van Gogh. Fuimos a visitar la casa de un colega suyo llamado Gauguin. La conversación comenzó muy amena, el dicho colega es un hombre de pocas pulgas, de hecho es un gran espadachín también. Estábamos sentados en el living de su casa en donde tiene colgado unos cuadros suyos muy prominentes, los denomina pinturas de Martinica. La conversación comenzó (escocés de por medio) comentado sobre estas pinturas, mi dueño transcurrido los vasos se ponía cada vez más insistentes con la temática de los cuadros. Recuerdo que opinó: “¡Formidables! No fueron pintadas con el pincel, sino con el falo. Cuadros que son, al mismo tiempo, arte y pecado”. Lo cual no hizo mucha gracia al anfitrión. Y el remate de ese disgusto fue la siguiente sentencia: “Esta es pintura que sale de las entrañas, de la sangre, como el esperma sale del sexo”. Esto último produjo en el anfitrión un malhumor insoslayable, que culminó con una reacción violenta por parte de Gauguin, quién empuñando su espada más cercana, corto de cuajo mi cuerpo. Dejando perplejo a mi dueño, quién atinó a recogerme del piso y colocándome sobre una tela, me tapó. Increpándole a su amigo semejante hazaña.
-CALIBÁN - El señor Van Gogh solía vociferar de esa manera cuando expresaba opiniones de otros pintores, o sólo le producía eso Paul Gauguin?
-OREJA - Convengamos que mi dueño no solía tener amigos, de hecho Gauguin era de esos pocos. Lo cual indica que muy sociable no era. De hecho era bastante ermitaño, por lo cual su forma de expresarse siempre fue muy arrebatada. Descreo que esa actitud sea solo para con Gauguin.
-CALIBÁN - Dígame cómo es eso de que usted pretende un resarcimiento económico por dicho suceso?
-OREJA - Lógicamente, creo que me lo merezco, como todo hecho traumático ha producido en mi lesiones post-traumáticas que nadie ha resarcido. Y a sabiendas del lucro que se ha formado, por el acto hacia mi persona me veo en razón de reclamar justicia, y a su vez reclamo la indemnización por dichos daños. Acaso usted cree que puedo vivir de esta manera, tan indigna sabiendo que se hace fortuna con mis derechos.
-CALIBÁN - Volviendo al hecho, Van Gogh insistía con la automutilación, por lo cual no coincide con la declaración que usted expone. Por su parte, Van Gogh nunca confirmó nada. Por el comportamiento posterior de ambos, el de él y el de Gauguin, varias sugerencias de los protagonistas indican que ambos ocultaban la verdad.
-OREJA - Por supuesto que la ocultaban y se la sigue ocultando, pericias de por medio. Poco me importan ya ellos. De hecho, Gauguin se trasladó a Tahití, donde pintó algunas de sus obras más famosas y Van Gogh murió en 1890 tras dispararse en el pecho. Lo que a mi me importa es dejar en claro que lo que produjeron con mi persona, merece inmediato resarcimiento y pronta justicia. No me pueden poner en tela de juicio, soy tan sólo una oreja que merece ser escuchada, así como hice escuchar a mi dueño.
-CALIBÁN - Muchas gracias por su declaraciones.
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Por Calibán