En septiembre de 1864, cuando la república era errante, a Juárez le quedaban 12 mil soldados en todo el país, en un paraje de Durango, los soldados convencen a Juárez de festejar el grito de independencia, prenden unas 100 fogatas, buscan una tambora y unos clarines, Juárez junto a los pocos soldados que le acompañan, le pide a Guillermo Prieto que improvise algo para la ocasión, en esencia lo transcribo:
La patria es sentirnos dueños de nuestro cielo y nuestros campos, de nuestras montañas y nuestros lagos,
es nuestra asimilación con el aire y con los luceros, ya nuestros; es que la tierra nos duela como carne y que
el sol nos alumbre como si trajera en sus rayos nuestros nombres y el de nuestros padres; decir patria es
decir amor y sentir el beso de nuestros hijos, la luz del alma de la mujer que dice ¨te amo¨... Y esa patria
sufre y nos llama para que la liberemos de la infamia y de los ultrajes de extranjeros y traidores.
Guillermo Prieto 15 de septiembre de 1864