Semillas educativas Semillas Educativas- José Orlando Salazar Duque | Page 86

Semillas Educativas 3. María nuestro modelo «Teniendo a María como modelo de consagración y como intercesora, los consagrados encarnarán la palabra en su vida y como ella y con ella, la ofrecerán a los hombres en una continua Evangelización. Puebla. 745. María, al aceptar que en ella tuviera lugar la encarnación del Hijo de Dios, obtuvo sencillamen- te la gracia de ser la Madre del Redentor, en cuanto el Hijo es la segunda persona de la Santísima Trinidad. Esta condición hace de María un ser único, cuya mater- nidad es bendita y prolongadora de vida a través de los siglos. En proyección de esa amorosa acción de ser la Madre del Redentor, Ma- ría se convierte en la Madre de la humanidad, en el modelo de los hombres, pues, sobresalieron en ella extraordinarias virtudes como la obediencia, la fe, la esperanza y la caridad, inclusive, hasta en los momentos más difíciles. La Madre del Redentor desempe- ñó un papel importante en la sal- vación de la humanidad, porque al llegar la plenitud de los tiempos, el cumplimiento de las promesas divi- nas trazada por los profetas desde mucho antes y que Dios ya tenía preparada, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, sencilla, pura, humilde de corazón, mansa de es- píritu, para que fortaleciera la pala- bra convertida en carne, al Verbo de Dios. Es María quien, bajo los designios de la ley, se hace cargo 86 de la obra de la redención, dán- dole al mundo a su hijo, para que rescatara a los que se hallaban bajo el peso de la ley, siendo esclavos de ella y a la vez que recibieran la filiación adoptiva. La doctrina de María, Nueva Eva, en la que insistieron los padres y los escritores eclesiásticos a partir del siglo ll, contenía en germen la doc- trina de la maternidad espiritual. Se establece así un paralelo por seme- janza entre Eva y María. La asociación íntima de María y la persona de Jesús y el servicio de Ella es la obra Redentora, que ha- cen de María, Nuestra Madre, la mujer modelo en el orden de la gra- cia y de la Salvación. Todo lo que hace por Jesús y con Jesús nos con- cierne en nuestra realidad de Hijos de Dios. «Concibiendo a Cristo, alimentándolo, presentándolo en el Templo al Padre, padeciendo con su hijo mientras moría en la Cruz, en una palabra, participando del pro- yecto de Salvación que Dios había destinado para la humanidad». Por eso, es ella, el modelo de hoy digno de imitar por las mujeres, por su prudencia, la caridad y el inmenso Semillas educativas. Orientaciones didácticas para la formación de la Infancia Misionera desde la escuela. PhD José Orlando Salazar Duque.