Semillas educativas Semillas Educativas- José Orlando Salazar Duque | Page 72

Semillas Educativas 10. La ascensión «¿Galileos, por qué se han quedado mirando al cielo? Este mismo Jesús que estuvo entre ustedes y que ha sido llevado al Cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse allá,» Hechos 1, 119. La fiesta de la Ascensión nos per- mite recordar el destino de toda vida humana: encontrar a Jesús, para hallar la plenitud en Dios. Este hecho es claro y entendible, porque al resucitar Jesús de entre los muer- tos fue llevado a la derecha de Dios Padre, quien lo constituyó en centro del universo, la segunda persona de la Santísima Trinidad, en el Hijo, por lo tanto, Jesucristo es el camino y el corazón de la historia humana, tanto en la tierra, como en el cielo. En el libro de los Hechos de los Apóstoles, vemos como Jesús an- tes de partir del lado de sus dis- cípulos a reunirse con su Padre, les explica el sentido de lo que ha sucedido y la misión que les corresponderá ejercer de ahora en adelante sin su presencia, sino con la fortaleza que les inhalará: de ahí en adelante, se convertirán en sus testigos (Hechos: 1, 1-11). El triunfo de Jesús sobre la muer- te y su poder sobre toda criatura, son motivos suficientes para en- tender que quiere lo mejor para la humanidad y confiar en esa espe- ranza de vida, salvación y perdón, por la cual luchó, murió y resucitó. La fiesta de la Ascensión significa 72 el fin de la existencia humana de Jesús, al comienzo de la vida al lado de su Padre Celestial, es la plenitud de Jesús como Señor de la historia y el comienzo en la tie- rra de la acción de la Iglesia, con la actuación de los Apóstoles. Es la Ascensión entonces, el fin de una historia amorosa, salva- dora y llena de esperanza, por el comienzo de otra, en donde con- taríamos con la práctica de las en- señanzas aprendidas de su Maes- tro, por parte de los Apóstoles. La expresión del sentido de la vida de Jesús, trae un significado im- portante para el Padre y la huma- nidad: es un venir del Padre y un volver a Él. Jesús vino para hacer la voluntad del Padre, para liberar al hombre del pecado, según el mandato pedido, por esto, lo que le sucedió a Él no es el fruto de la casualidad. Jesús asumió la condi- ción humana para darle al hombre la posibilidad de rehacer su vida. La obra del Padre era la instaura- ción del Reino de Dios. Jesús ya lo ha cumplido; por eso, ahora as- ciende a los cielos. Nuestra vida, unida a la de Jesús también tiene Semillas educativas. Orientaciones didácticas para la formación de la Infancia Misionera desde la escuela. PhD José Orlando Salazar Duque.