Semillas educativas Semillas Educativas- José Orlando Salazar Duque | Page 66

Semillas Educativas 8. El camino de emaús «Qué faltos de comprensión son ustedes y qué lentos para creer todo lo que dijeron los Profetas. ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado? «. Levítico: 24, 25-26 Después de su resurrección, Jesús sigue caminando con nosotros, en medio de las dificultades, las trage- dias y los errores de los hombres y nos invita a cambiar la ruta del peca- do, por la del perdón y el amor, para ubicarnos en el verdadero camino, que fue el trazado por Él, desde antes de nuestra existencia, junto al Padre Celestial. Es Jesús, la ruta de la esperanza, el amigo que sale a nuestro encuen- tro, cuando colocamos el corazón a su disposición, abierto, ávido de paz interior, dispuesto a cambiar, así como hizo con los discípulos en el camino de Emaús, se nos presenta y nos habla de su triun- fo sobre la muerte y el pecado y nos invita a seguirle y anunciarle, aunque no le conozcamos, pues, debido a la esclavitud del peca- do, nuestros ojos están cerrados y no tenemos esa facultad desa- rrollada de ver a Jesús que va al lado de cada hombre, de cada paso que demos, ya que nunca nos deja solos. Muchos siglos después de este acontecimiento del camino de Emaús, en nuestras comunidades de base, en la propia familia, en el país entero, Jesús se aparece en el rostro y el caminar de un mendigo, 66 de un leproso, de los miles de tu- llidos y de enfermos que hay en el mundo, en las personas que sufren y que claman ayuda, pues su mul- tiplicidad está en acompañarnos y visitarnos, para que afrontemos estas dificultades y salgamos ade- lante y victoriosos como lo hizo Él. El camino de Emaús es el trayec- to de luz que Jesús quiere para el hombre, su interiorización perso- nal, para que brille la confianza y creamos, para que nos fortalez- camos con sus palabras y hechos que han marcado la historia de la salvación. El camino de Emaús es signo de alegría, encuentro con Jesús, reconocimiento a su sen- dero de salvación, que lo selló de- finitivamente con la resurrección. Es necesario dejarnos contagiar de esa aparición de Jesús, dejar a un lado el pecado para poder ver completamente la acción de Jesús sobre nuestras vidas, volver a recuperar los valores perdidos, para que la mirada no se tape con la vida del pecado y rechacemos lo que Jesús nos quiere dar en cada momento. Semillas educativas. Orientaciones didácticas para la formación de la Infancia Misionera desde la escuela. PhD José Orlando Salazar Duque.