Semillas educativas Semillas Educativas- José Orlando Salazar Duque | Page 63

Semillas Educativas 7. La resurrección «El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano cuando todavía estaba oscuro; y vio quitada la piedra que tapaba la entrada...» Juan: 20, 1-2 Cristo Resucitado es el signo, el escudo, el emblema del triunfador de la muerte, vencedor absoluto del pecado, quien demostró que con su amor sobrepasaba todas las ba- rreras, pudo perdonar, aliviar y aún más, restablecer el Reino de paz, que hasta ese momento no existía, porque con su vida selló por fin, de- finitivamente el pacto de fidelidad que había firmado con los hombres en el monte del Sinaí, no solo con Moisés, sino con sus antecesores. prometida. Es el triunfo de Isaac, de Jacob, del mismo José, de los profetas, que habían anunciado el trascendental paso de la muerte a la vida, del hijo del hombre, que deslumbraría por su sencillez y ha- ría nuevo a un pueblo desgastado, humillado y corrompido por la au- toridad Judía, a quienes únicamen- te les importaba el interés personal y llenar sus arcas con el dinero del pueblo, robándolos en el cobro de los impuestos. La Resurrección es el gran encuen- tro, es la fiesta victoriosa donde Jesús levanta su brazo y muestra orgulloso sus heridas, testigos del fracaso del pecado, del hombre viejo, invadido de escorias y lis- to para sepultar. Es Jesús, nuevo vencedor, aliviador de las penas, angustias y tragedias de la humani- dad, es el Cristo Resucitado de en- tre los muertos, a quienes sus ami- gos salen a buscar todavía, pues no han entendido el verdadero signifi- cado de las escrituras. Es un Jesús victorioso que doblegó al pecado, que hizo hincar toda ro- dilla ante el grito sencillo de la paz y la tranquilidad, como de la pureza de corazón en el alma de los hom- bres y en el amanecer de aquéllas primeras semanas, con el triunfo sobre la muerte, paso definitivo a la vida de perdón. Con la Resurrección se había marcado el ritmo de la alabanza, habían encontrado por fin el des- canso, nuestros primeros padres, como Abraham, quien fue el ini- ciador de esa gran obra de la re- dención, cuando Dios le pide que salga de su poblado y emprenda el camino que él le señalará para que guíe a su pueblo hacia la Tierra La fiesta de la Resurrección del Se- ñor, es la fiesta de los cristianos, porque contemplamos en ella la li- beración de los pecados, de la mis- ma muerte y de la vieja ley que nos consumía. Es proponernos una vida nueva y una historia, para que ese nuevo hombre adquiera un sentido, trabaje por su superación personal, espiritual y social. La Resurrección marca el inicio de la Iglesia, con sus pastores, quienes abren espacios de participación, para luchar contra el pecado. Semillas educativas. Orientaciones didácticas para la formación de la Infancia Misionera desde la escuela. PhD José Orlando Salazar Duque. 63