Semillas
Educativas
6.
Pascua: grito de liberación
«En la Antigua Alianza, el Pan y el Vino eran ofrecidos como sacrificio
entre las primicias de la tierra en señal de reconocimiento al Creador.
Pero reciben también una nueva significación en el contexto del
Éxodo: Los Panes ácimos que Israel come cada año en la Pascua
conmemoran la salida apresurada y liberadora de Egipto «. Santo
Domingo. 1134
La Pascua nos invita a renovar
las promesas de la Salvación reco-
gidas en el bautismo y a sentir la
conversión en un profundo cam-
bio en nuestra vida, por eso, la
Pascua es un grito de liberación,
un paso del pecado al perdón, de
la muerte a la vida, vencimiento de
lo malo, dejación del rencor y el
odio interior que nos hace acercar-
nos al pecado y alejarnos de Dios.
La Pascua es un acto nuevo, lleno
de bondad, que nos ayuda a cons-
truir la fe, que se fortalece en las
actitudes positivas al amor de Dios.
La Pascua es signo de respuesta a
los demás, es participación a los
sacramentos, es identificarnos con
la causa del Evangelio proclaman-
do la palabra, escuchando y obe-
deciendo la acción de la Iglesia y
de sus pastores.
El Misterio Pascual nos invita a ha-
cer realidad la vida nueva que Je-
sús de Nazaret nos propuso con
su propia vida para que pasemos
del pecado a la libertad, vencien-
do a las tinieblas y entrando a for-
mar parte de la luz, a un mundo
nuevo, en donde nos amemos
unos a otros y sintamos la acción
de Jesús Resucitado en la comu-
nidad y en la sociedad en gene-
ral para que los miembros que
la forman, se fortalezcan y haya
hombres llenos de fe dispuestos
a vencer la iniquidad y el pecado.
Pascua, es un paso definitivo del
pecado a la salvación, es el en-
cuentro renovador a la vida, es el
triunfo del perdón, la reconcilia-
ción y el diálogo abierto y sincero
de Jesús, el Mesías, el amigo el
hombre que dio todo de sí para
salvarnos.
La Pascua es un hecho histórico
que ha pasado de generación en
generación, es el marco referen-
cial que nos conduce al único ca-
mino: a la salvación. Es el recuer-
do del cordero inmolado, Jesús,
el Hijo de Dios que, al hacerse
hombre, recibe el mandato de
venir al mundo a ayudarnos a que
nos encontremos a sí mismos.
La Pascua es el encuentro frater-
nal del hombre con Dios, con su
Hijo Jesús, en un lenguaje amoro-
so, que nos invita al cambio, a ser
nuevos en el perdón y en el amor.
Semillas educativas. Orientaciones didácticas para la formación de la Infancia Misionera
desde la escuela.
PhD José Orlando Salazar Duque.
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