Semillas
Educativas
8.
Familia - comunidad
“La familia cristiana proclama muy alto, tanto las presentes virtudes
del reino de Dios como la esperanza de la vida bienaventurada. Y así,
con su ejemplo y testimonio, acusa al mundo de pecado e ilumina los
que buscan la verdad”. L.G. 35
La familia es una comunidad de
amor, basada en principios divinos,
de conservación de extensión. La
familia de Nazaret que transforma,
construye y edifica con solidez fo-
mentando en primer lugar peque-
ñas comunidades de base para
sostener el enorme lugar de la so-
ciedad, que a su vez se proyecta y
recoge las semillas de la esperanza
y virtudes de un nuevo mundo.
Toda comunidad como grupo de
personas proviene de una familia,
se forma en ella y adquiere las fuer-
zas necesarias tanto físicas como
espirituales, para salir adelante y
enfrentar lo diferentes retos y de-
safíos a que está llamado el hom-
bre en su misma naturaleza, pues
su misión desde los comienzos de
la humanidad es ayudar a embe-
llecer el mundo y con sus manos,
trabajar por su conservación.
Si la familia se fortalece en valores,
reluce como un escudo protector
frente a los dilemas y desengaños
que encuentra en su entorno, ha-
ciendo que brote como semilla
buena para hacer una sociedad só-
lida, con buenas bases, sin temor a
los espavientos del recorrido que
tenemos que hacer en este campo
floreciente de la naturaleza.
Hay que incentivar entonces a
la familia, promocionándola, ha-
ciéndole vida el evangelio, que
coma el pan de la unidad, la fra-
ternidad y comprensión, que se
convierta en una auténtica familia
de comunidad de personas que
todas juntas salen a su encuentro,
venciendo los obstáculos y sien-
do artífices de su desarrollo. Hay
que hacer hablar a las familias un
lenguaje universal, que sean tes-
tigos del cambio generacional de
sus miembros, con el buen ejem-
plo, y que el testimonio cristiano
por siempre en ellas, para que
comprendan a una sociedad que
quiere salir adelante, con deseos y
anhelos firmes y la pulcritud de sus
ideas, elementos de convicción en
la realidad que viven.
La familia-comunidad es la continua-
ción de la obra creadora de Dios,
por ella, el mundo debe encontrar
su propia realidad y ceñirse al logro
personal de ser un propósito para
todos, con esperanzas, expectativas
y testigos fieles del cambio, para
que crezca y se desarrollen como
deben ser, haciendo de la comuni-
dad, un conjunto de respuestas po-
sitivas para la sociedad.
Semillas educativas. Orientaciones didácticas para la formación de la Infancia Misionera
desde la escuela.
PhD José Orlando Salazar Duque.
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