Semillas educativas Semillas Educativas- José Orlando Salazar Duque | Page 24

Semillas Educativas 4. La familia signo de unidad “El matrimonio constituye una íntima comunidad de vida y amor conyu- gal, fundada por el Creador y provista de leyes propias. Esta comunidad se establece con la alianza del matrimonio, es decir, con un consenti- miento personal e irrevocable” Catecismo de la Iglesia Católica N° 2364 La familia como signo de unidad, desde su misma formación de pa- reja debe afrontar los obstáculos y dificultades que van llegando en su recorrido por la vida; superan- do los conflictos para permanecer unidos a ejemplo de la familia de Nazaret, quienes a pesar de la per- secución Judía dieron una demos- tración de unidad, fortaleza y valor para salir adelante. En cada familia debe existir una serie de expectativas fundadas en la realidad, que dará como resulta- do despertar el entusiasmo, avivar el espíritu y fortalecer la unión de sus integrantes, por medio del diá- logo, el acercamiento y la dispo- nibilidad necesaria para solucionar los problemas. Para esto, hay que encontrar la condescendencia, así se ayuda a conciliar las diferencias de personalidades que generan constante roces, enfrentamiento y peleas, que por lo general condu- cen a la disparidad de criterios. En cambio, si se produce la tolerancia entre ambos cónyuges, se podrán superar los arranques del mal hu- mor y ganará la familia. Se hace necesario buscar enton- ces la comunicación entre los es- 24 posos, como un canal que acre- cienta la relación, pues a través de ella se expresan las sensacio- nes, sentimientos y posibles di- ficultades, para llegar a solucio- nes. Debemos comprender que la sociedad será hecha de lo que produzca la familia, por eso, la necesidad urgente de rescatarla y fortalecerla, promoviendo a sus miembros, invitándoles a que vi- van plenamente los principios por los cuales fue creada y elevada a la dignidad de célula fundamen- tal de la vida y de la sociedad. La familia como signo de unidad es el encuentro fraternal entre los padres e hijos y la relación segura de la sociedad. De su logro, saldrá un mundo más claro y preciso, en donde se divulgue la solidaridad en donde se aprenderá a valorar la vida, a respetar al otro, a sentir que cada uno es una persona con derechos y deberes que cumplir, porque desde el seno familiar se ha promovido la dignidad de la persona y se ha respetado su individualidad; y a la vez se ha alcanzado la madurez necesaria como individuo responsable, se- rio y artífice del progreso de su familia, la comunidad y por ende de la propia sociedad. Semillas educativas. Orientaciones didácticas para la formación de la Infancia Misionera desde la escuela. PhD José Orlando Salazar Duque.