Semillas
Educativas
5. DEL NIÑO MISIONERO:
El niño misionero debe ser una personita que viva a Jesús en su vida y
en su corazón, que lo haga realidad frente a sus compañeros, herma-
nitos y padres en el hogar.
El niño ha de iniciar el compromiso de conocer a Jesús, escucharle
por medio de su palabra y hacerse discípulo suyo, enseñando lo que
va aprendiendo e invitando a otros niños a que hagan parte del grupo
al cual pertenece.
El niño misionero ha de estar unido a Jesús, obedeciéndole, siguien-
do sus enseñanzas y buenos ejemplos que Él nos mostró siempre en
su vida pública.
Además de cumplir las diferentes consignas que se les exige como
misioneros, también debe tener en cuenta las siguientes recomenda-
ciones generales:
No faltar a ninguna reunión, prefiriendo programas de televisión u
otros, a cambio de Jesús.
Llevar a Jesús y a María en su corazón, orando tanto al acostarse
como al levantarse, pidiendo por el buen éxito de la acción misionera
del mundo, ya que Jesús escucha detenidamente a los niños, porque
El, los ama profundamente.
Ofrecer sacrificios y ofrendas en señal de que hay muchos niños po-
bres en el mundo y que Él se identifica con dicha situación.
Colaborar con sus ahorros para que otros niños reciban lo que él
tiene, en las épocas en que la Infancia lo solicite.
Conquistar en la escuela a sus compañeros, en el barrio a sus ami-
gos, en el hogar a sus hermanitos, acercándolos a Jesús y así ayudan-
do a extender la obra de la Infancia Misionera.
Mostrar con su testimonio de vida, buen comportamiento, asistencia
dominical a la Santa Misa, nobleza y buenos sentimientos.
Algunos apartes de esta sección fueron tomados de diferentes obras literarias, no son
propiedad intelectual del autor de esta obra (Semillas educativas.).
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