Semillas educativas Semillas Educativas- José Orlando Salazar Duque | Page 192

Semillas Educativas 5. Celebremos la navidad «Dios ha hecho suyos los rasgos de su propio cuerpo humano hasta el punto de que, pintados en una imagen sagrada, pueden ser venerados porque el creyente que venera su imagen, «venera a la persona representada en ella». Catecismo de la Iglesia Católica. 477. Es motivo de alegría para el hom- bre, celebrar la Navidad, como un hecho histórico, de salvación, de recuerdo perenne que allí reposa la imagen del Cristo que se hizo hombre por nosotros para redimir- nos del pecado y para lavar las cul- pas que nos invaden. La Navidad no debe tomarse como un hecho aislado de la salvación. Por el con- trario, va ligado a ella y nos abre el camino en forma directa para llegar a Jesús. El hecho de construir el pesebre, de simbolizar el nacimiento del Cristo humanizado, no conlleva a idolatrar, sino a abrir caminos de esperanza en el corazón del hom- bre, porque le permite, sentirse cerca de su Salvador, a recordar con fe y prudencia el Gran Misterio del Nacimiento del Niño Jesús en la gruta de Belén y a retomar todo lo bueno de este acontecimiento maravilloso, por eso sentimos la Navidad como nuestra, y ella, nos marca el sendero con sus luces y colores, para vibrar de que Jesús está entre nosotros y que nunca nos deja solos. Es importante tener en cuenta que con la celebración de la Navidad, estamos a un paso definitivo de 192 conectar con el amor de Dios, por medio de su Hijo, que por eso, es sumamente interesante hacer que los niños participen del hecho que envuelve al mundo en el mes de diciembre, como es la Navidad, momento oportuno en la vida del cristiano, pues a través de ella, se nos permite acercarnos e iluminar- nos con la vida de Jesús, haciendo que nuestras mentes y el corazón, se llenen de fortaleza y entendi- miento, dos importantes dones, que solo la alegría de la Navidad hace partícipe. Hay que acercar a los niños y a los adultos al motivo de la Navi- dad, no por lo que pueda ofrecer en regalos y ostentaciones, sino más bien, por esa alegría senci- lla que se siente en el corazón y hasta en el mismo ambiente, de- jándonos llevar hasta irradiar en los demás los mismos sentimien- tos. Igualmente, debemos permi- tir que los niños participen de la Navidad, haciéndolos que se sien- tan los más acogidos, que hagan el pesebre, rezando la Novena, ojalá uniéndose al párroco de su respectiva comunidad y represen- tando a lo vivo la bella escena de la familia de Nazaret. Este, será el mejor testimonio personal que les Semillas educativas. Orientaciones didácticas para la formación de la Infancia Misionera desde la escuela. PhD José Orlando Salazar Duque.