Semillas educativas Semillas Educativas- José Orlando Salazar Duque | Page 180

Semillas Educativas 1. Historia de la navidad «Jesús nació en la humildad de un establo, de una familia pobre; unos sencillos pastores son los primeros testigos del acontecimiento. En esta pobreza se manifiesta la gloria del Cielo, La Iglesia no se cansa de cantar la gloria de esta noche.» Catecismo de la Iglesia Católica. 525. Es motivo de alegría para el mundo y para los hombres, saber que Jesús nace todos los días en su corazón, en su vida, en los sen- timientos que envuelven el caminar alrededor de los demás, llenando los vacíos que de pronto no he- mos podido vencer con nuestra experiencia misionera. Pero el na- cimiento de Jesús que recordamos en cada Navidad, solo se produce si yo quiero, pues es algo muy per- sonal y Jesús quiere que lo descu- bramos plenamente y se produzca en el alumbramiento de su estrella luminosa en nuestras vidas, pero sin obligaciones, ni limitaciones de ninguna especie. La Navidad es el momento más oportuno para recordar quien soy y cómo Jesús vino a la tierra para enseñarme a ser nuevo, a borrar el pecado, a recobrarme del abis- mo profundo de las tinieblas. La Navidad con sus alegrías y sus rayos multicolores, nos renueva y nos atrae por el anuncio mara- villoso de que El Salvador viene a la tierra e inspira en el hombre sentimientos de bondad. La Na- vidad es una etapa alegre, épo- ca precisa para vivir sentimientos transparentes, con corazón puro y familiarizado con dones que 180 como persona he adquirido y que Dios me ha regalado en mi vida de católico. El Espíritu Navideño debe im- pregnar de buenos sentimientos: bondad, amor, fraternidad, un bello compartir de experiencias, recogimiento, participación y hu- mildad, con una combinación de acciones nobles, que hagan que este mundo sea mejor y prospe- re en la unidad. La Navidad y su celebración se remontan a mucho tiempo atrás, naciendo el Niño Je- sús en él. Mandato de Cesar Au- gusto, como descendiente del Rey David, en cumplimiento de las esperanzas y promesas dadas por Dios a los hombres en el Antiguo Testamento. La historia política de Roma (man- dato del empadronamiento) con- tribuye al cumplimiento de las viejas esperanzas, sin embargo, el niño nace solo y abandonado, separado de los grandes caminos de la historia, de la tierra, arroja- do a la miseria ya la condición de ser un rey, en medio de un pese- bre, rodeado de animales y pajas secas. La verdad más profunda del nacimiento de Jesús no ha podido desvelarse partiendo de Semillas educativas. Orientaciones didácticas para la formación de la Infancia Misionera desde la escuela. PhD José Orlando Salazar Duque.