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El mes de abril ha sido convulso para la economía española. Comenzaba con la aprobación de los Presupuestos del Estado para 2012 en plena semana santa. Unos presupuestos tardíos y extremadamente duros con los que se ha de lograr reducir el déficit del Estado en 2,5 puntos del PIB (27.300 millones de euros), de los cuales 0,8 puntos se prevé obtener por los cambios fiscales que se han aprobado (IRPF, Impuesto de sociedades y amnistía fiscal), y 1,7 puntos por ajustes en el gasto.

Por el lado del gasto, cabe señalar que la reducción en el presupuesto es de sólo el 1, 1% cuando se compara con la liquidación de 2011. Esto es así porque el gasto corriente (el 92% del gasto no financiero total) prácticamente no se reducirá debido al aumento de las pensiones ya la congelación de los sueldos públicos, pero sobre todo debido al fuerte incremento de la partida de pago de intereses, que crece un 30% hasta 28.800 millones de euros, el mismo que se destina a prestaciones de desempleo.

En cambio, otras partidas que inciden en la competitividad de la economía española como es el gasto en I + D + I o la destinada a industria y energía, se reducen intensamente. Lo que también se ajusta de forma extraordinaria es la inversión, que cae un 26%. Cataluña es la comunidad autónoma que sufre una mayor contracción de la inversión pública del Estado-se reduce en 1.100 millones de euros, lo que supone una caída del 45% respecto al año 2011 -, y en consecuencia se detienen proyectos de infraestructuras estratégicos como es el Corredor Mediterráneo, la estación intermodal Cercanías-AVE de la Sagrera y el acceso ferroviario a la nueva terminal del Aeropuerto del Prat. Con ello, Cataluña recibirá un 11,1% de la inversión regionalizable, un porcentaje muy inferior al 15% de los últimos años. Por otra parte, tampoco se contempla ninguno de los compromisos de inversión derivados de la Disposición adicional 3 ª. del Estatuto, ni los pasados que ya suman 978 millones de euros, ni los futuros.

La reacción de los mercados a la presentación de los Presupuestos del Estado ha estado marcada por la inestabilidad y el aumento de la desconfianza hacia nuestro país. La prima de riesgo de la deuda soberana española ha vuelto a superar los 400 puntos básicos, situándose por encima de la italiana, como ya ocurrió el pasado verano. Los mercados dan cuenta de que el esfuerzo de austeridad que se está pidiendo a España en un momento de contracción económica puede dificultar aún más la salida de la crisis.

Miquel Valls i Maseda

President de la Cambra Oficial de Comerç, Indústria i

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