Seguridad alimentaria y nutricional (Ana Lucía Orozco Vizquerra) Junio 2014 | Page 2

Sufre desnutrición crónica.

La SESAN presentó el Programa para la Reducción de la Desnutrición Crónica (PRDC), que busca reducir a la mitad los índices para 2016. Por: Carlos f. Rigalt

Al observar a Ana, una vendedora de flores, caminar con su hija Mariela amarrada a la espalda en los campos de hortalizas de San José Pajul, Sacatepéquez, se piensa que tiene mayor edad de los 30 que dice tener: curtida por el sol, la dentadura destrozada y el pelo ralo, se nota cansada. Además de Mariela, de un año, tiene otros cuatro hijos, a quienes alimenta con arroz, fideos y pacha. Le da “pecho” a la bebé.

Según Santos Cuc, un comerciante de 40 años, mujeres como Ana abundan en las comunidades indígenas del lugar. “No hay educación. No tienen recursos. Sus dietas son muy malas. Les dan tortillas y café a los niños y con eso se llenan”.

Con el estómago lleno, quizás, pero desnutridos para toda la vida. Ya desde el primer año de existencia comienza la desnutrición crónica en Guatemala, país que ostenta las cifras más altas de esta deficiencia en salud de Latinoamérica.

Para revertir este problema, la Vicepresidencia y la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan), presentaron ayer el Programa para la Reducción de la Desnutrición Crónica.

A diferencia de otros planes, este no es curativo sino preventivo, dice Silvia Figueroa, del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. Va dirigido a mujeres lactantes y embarazadas y niños entre los 6 y 36 meses de los 83 municipios más vulnerables priorizados por Segeplan.

Según Sebastián Cabrera, del Programa de Seguridad Alimentaria del Ministerio de Salud, se trata de uno integral que cubre no solo la alimentación de la madre y su hijo, sino también se preocupa por la salud de ambos y la educación de ella. La Sesan señala que el 49.3 por ciento de los niños guatemaltecos menores de 5 años padece de desnutrición crónica. El programa empezó a ejecutarse en 2006 y llega a 83 municipios priorizados por prevalencia de la desnutrición crónica superior al 60 por ciento. Su meta es que en 2016 se reduzcan a la mitad los índices en niños menores de 5 años.