David del Bass, Alejandro Gálvez, Álvaro Reyes
( Puede que te hayas dado cuenta de que no es la primera vez que escribo esto, y era verdad que lo pensaba. Ahora ya sé que mientras sigamos trabajando en nosotros mismos siempre vamos a seguir mejorando y superándonos. En esta vida el único límite que te vas a encontrar es el que tú te impongas.)
Después de mucho esfuerzo había conseguido mejorar mi imagen, mi juego interno y mis habilidades sociales hasta el punto de que besar a una chica en una noche de fiesta era algo más que habitual.
Incluso era capaz de besar a más de una en la misma noche si la primera se me escapaba o tenía que irse por cualquier razón.
Luego les pedía su número de teléfono y aunque no siempre conseguía citas, solía salir con bastantes chicas y de vez en cuando tenía sexo con alguna.
No me podía quejar la verdad, sobre todo teniendo en cuenta que unos pocos años atrás mi situación era tan mala que llegué a pensar que nunca más volvería a tener sexo.
Sin embargo, a mis 27 años todavía pensaba que los fiunos, o sea, terminar follándote a una chica que acabas de conocer, era algo que solo estaba al alcance de unos pocos elegidos.
Que solo los hombres más atractivos físicamente iban a tener derecho a hacerlos... y por supuesto, yo no formaba parte de ese grupo, ni lo iba a hacer jamás.
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