CLUB DEPORTIVO
INSTITUTO SAN CARLOS
Instituto San Carlos
Así también lo manifiestan LINAZA y MALDONADO (1997), cuando destacan
que los desplazamientos en los medios de transporte, la creciente mecanización de
las herramientas de trabajo, las jornadas de trabajo prolongadas en espacios
reducidos y sin permitirnos una suficiente movilidad física, o la invasión a gran escala
de la informática en los diferentes sectores de producción y servicios, son ejemplos
que nos hacen percibir y resaltar la importancia que tiene el mantener una actividad
física, aunque sea mínima, que permita el adecuado y beneficioso funcionamiento de
nuestro organismo que, por su evolución a lo largo de miles de años, no está
“moldeado” para la inactividad.
Además, la actividad física no sólo conlleva beneficios a nivel corporal, hay
que tener en cuenta también aquellos de carácter psicológico. Hay que liberar la
mente, hay que combatir el estrés, potenciando una adecuada agilidad mental y
desarrollando la capacidad de interrelación social, poniendo en marcha todos los
procesos de comunicación y de relaciones personales.
Igualmente, existen abundantes motivos para confiar en el ejercicio físico
como efecto preventivo ante el consumo y abuso de drogas. Por ejemplo, por un
lado, puede alterar variables como la depresión o la ansiedad, pasando a
considerarse como una alternativa a los tratamientos farmacológicos en pacientes
psiquiátricos. Por otro lado, a través de la actividad física, se pueden estimular
diversos rasgos psicológicos como pueden ser, entre otros, el autoconcepto o las
emociones (GARZÓN, 1998).
Hay que tener en cuenta las numerosas y diversas manifestaciones que ha
sido y es capaz de ofrecer el deporte en nuestra sociedad. Tanto es así que ha ido
evolucionando a lo largo de la historia hasta llegar a ser considerado hoy por hoy
El respeto y la Calidad, un compromiso de todos