SAYENCO POESIA DE LA MEMORIA. Sept. 2013 | Page 31
Pepe se considera a sí mismo un simple, o sea que no necesita mayor estimación
y dignidad que la que tiene. Pepe es un pelo diminuto de coronilla y desde su
atalaya privilegiada divisa ya la fragilidad de su existencia: “hasta hace unos años
vivía rodeado de amigos, pero poco a poco han ido desapareciendo casi todos,
uno a uno. Espero plácidamente mi turno”. Pepe no se altera con su destino
inmediato y cuando se acomoda en la almohada recuerda felizmente sus tiempos
mejores, cuando formaba parte de una frondosa cabellera. Pero esta noche el pelo
se desliza por la tierra de nadie. Sobre la almohada duerme ahora Pepe,
desprendido, más solo que nunca, pero tan uno y cortés, como siempre.
Boro el Sapoambicionaba convertirse en un Rinoceronte. Aspirando, aspirando,
pasó una semana entera ahuecándose por dentro. Ensanchado por tamaño
arrebato, se transmutó finalmente en un formidable unicornio. Una tarde moteada,
Boro apareció flotando muy cerca de un rosal, pero una minúscula espina provocó
que saltara en mil pedazos. Desde aquél funesto día el resto de los batracios
decidió exagerar lo imprescindible.
Petra, la araña cantautora, compuso mil canciones a la mosca, su manjar
preferido. Entrevistada por un canal norteamericano de música enlatada, Petra
confesó que desde cría ya vislumbraba que su carrera musical iba a estar
refrendada por este insecto volador. Cada vez que Petra se zampaba una mosca,
sentía una aguda aflicción, aunque era consciente que lejos de la telaraña sólo
habitaba el silencio.
Juan Carlos de Sancho
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