SAN PABLO DE LA CRUZ "MAESTRO DE LA MUERTE MISTICA" Padre Antonio Maria Artola | Page 35
y para que no se rebele haciéndome empañar un lirio tan bello,
la importancia y la dificultad de esta muerte: ¡Oh que santo sacrificio!
huiré de toda ocasión y guardaré mis sentimientos con suma
vigilancia, de manera que no entre por ellos cosa que sea mala
¡Oh santo martirio de la voluntad pura! (p. XI).
(MM, XI).
mística por la negación a sí mismo. La frase que la define es por demás
Esta muerte, supone sobre todo, la muerte a los apegos o a los
apetitos, como diría san Juan de la Cruz. Evitaré también toda mínima
totalmente densa y significativa: Santo martirio de la voluntad pura,
dándome muerte en ella (XI). Subrayemos algunos aspectos más
ocasión de apego, porque Jesús quiere ser solo Él el único dueño
esenciales. En primer lugar es una muerte a sí mismo: Dándome
de mi corazón (MM, XI).
totalmente muerte. Es una auténtica muerte de sí mismo, pero en cuanto
Es en este importante párrafo donde clarifica el concepto muerte
la pureza de las intenciones: Pura de intenciones: gloria de Dios,
el yo queda como concentrado, adensado, reducido a su realidad esencial
en la voluntad. Pero una voluntad esencial: una voluntad pura, es decir:
salud del alma; puro de afectos nunca amor a las criaturas, ni a
una voluntad reducida a su condición de elemental y sustancial querer,
otra cosa; pura de deseos y no buscar nada sino a Jesús, que se
apacienta entre lirios inmaculados (MM, XI).
por encima de los quereres involuntarios de toda especie. El querer puro
La muerte por el voto de castidad significa para san Pablo de la Cruz,
Es también muerte a toda forma de egocentrismo y complacencia
propia: Quiero así morir a todo placer de mí misma (MM, XI).
También en la MM de la pureza, el ideal es Cristo muerto en la cruz:
Sacrificándome siempre a la cruz purísima de mi Esposo Jesús. ¡Oh
muerte santa de quien vive casta por Vos, Jesús mío! (MM, XI).
es el querer de la total libertad en aquellos ámbitos superiores en los
cuales el hombre es capaz de situar su ser y su actuación independiente
de las circunstancias condicionantes que por fragilidad, taras de todo
tipo, presiones, imposiciones sociales, no llega a actuar donde queda
superado el drama del querer y no poder, y por ello el actuar sin querer o
contra el mejor querer de uno mismo. Para san Pablo de la Cruz esta
superior voluntad es la voluntad pura. Es en ella donde se concentra la
vida espiritual suprema del hombre. Vivir en ella o vivir desde ella, es
4. La Obediencia. «Santo martirio de la voluntad pura».
Donde resalta más el valor de la Muerte Mística que tiene la vida
vivir del puro querer y de la pura libertad. Morir en ella, o darse muerte
en ella, es dejar el propio ser destituido de existencia propia en el orden
religiosa es en la Obediencia. Aquí la doctrina es amplia y profunda; las
de las actuaciones volitivas.
motivaciones, también elevadas y detalladas.
Ya en la parte primera del Tratado había ofrecido una doctrina de la
La Muerte Mística es la suprema forma de actuación de la voluntad
pura, porque es autodonarse la muerte en ese origen y a raíz de ese
MM como muerte en obediencia. Pero donde más ampliamente desarrolla
querer propio. De ahí que el santo se exprese con una terminología
la idea es en la explanación del voto de obediencia.
particularmente clara y tajante: dándome totalmente en ella. El alma es
Comienza el santo con unas exclamaciones que dan a entender bien
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capaz de autodonarse la muerte al cercenar este principio del propio
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