El primero de enero de 1986 Wilhelm Rontgen contactó con sus compañeros de toda Europa para comunicarles los detalles de su investigación. También les mandó una fotografía de su mano en la que la piel casi no se veía, dejando observar los huesos y lo que parecía ser la sombra de un anillo. Esto se debe a que el 22 de diciembre se decidió hacer la primera prueba con humanos pero ya que no podía manejar su carrete, la placa fotográfica de cristal y exponer su mano a los rayos x (todo esto a la vez) pidió ayuda a su esposa, para que ésta colocase su mano en la placa durante 15 minutos. Cuando fue revelada la placa de cristal su sorpresa fue muy grande, apareció una imagen, sin duda, muy importante para la historia de la ciencia; los huesos de la mano de su esposa Berta con el anillo flotando sobre uno de estos. Y así aparece la primera radiografía de la historia y con ella nace una nueva rama de la medicina llamada radiología.