Reflexionemos
No solo los gorilas de Odzala u otros están en peligro, sino muchas especies de animales y plantas que se han visto afectados por la desproporción con que el ser humano desforesta y mata por placer, en muy pocos caso por una necesidad que resulte aparente como hambre.
La naturaleza que el ser humano tiene ha desaparecido para ser actualmente un hábitat artificial. Como decía un cantante, “la calle es una selva de cemento”.