Recuerde...
Solo
Cuando mire su vida en retrospecti-
va, medite en alguna de las cosas que ha
enfrentado que en ese momento no pen-
saba que podía superar. El obstáculo era
tan grande, el rompimiento le lastimó tan-
to, el informe médico era tan negativo.
Usted no veía una salida, pero Dios lo cam-
bió todo. Y tuvo fuerza cuando no creía
poder continuar.
Él trajo a la persona
indicada cuando pensaba
que siempre estaría solo.
Le dio un ascenso, le dio
esa buena circunstancia
y todo se arregló. Ahora
usted está mejor de lo que
nunca imaginó. Eso no fue
un golpe de suerte ni una
coincidencia.
A ninguno de nosotros nos gustan las
dificultades. Si tuviéramos opción, no
pasaríamos por ellas. No obstante esos
desafíos no solamente nos preparan para
el futuro, sino que nos hacen sensibles
a ver la ayuda y la bondad de otros, y el
favor de Dios en nuestra vida. Cuando esté
en un tiempo difícil en vez de desanimarse
y ser negativo, recuerde cómo una vez ya
atravesó por otra circunstancia que pare-
cía imposible de salir y pudo hacerlo.
Necesita notificarle a esa enfermedad: “tú no
puedes acabar conmigo, no tienes el control
de mis días, pelearé con esperanza y gozo”
No se desanime. Cuando esos pensamientos
negativos vengan a decirle: “esta enfermedad
te hundirá, este problema legal es el final..”
solo confíe en que Dios es el único que pue-
de contar sus días y usted haga su parte, sea
valiente y esforzado, inyecte a su vida pala-
bras de esperanza y ánimo, en el momento de
dificultad sea más generoso, más bondado-
so, practique su mejor humor, vístase con sus
mejores ropas porque se está preparando para
ganar la batalla.
No recuerde las cosas malas, ni sus derrotas
o malas circunstancias, deje de pensar en
ello y dejara de vivirlo. ¿Ha tenido días bue-
nos durante sus últimos 15 años? Comience a
recordarlo, ha visto aciertos, ascensos, reco-
brar su salud Solo recuerde y hable de sus
victorias y de sus oraciones contestadas.
Lo que usted diga en
sus momentos difíciles lo
completará o lo desarmará.
Cuando usted comience
a hablar de la bondad no
será desanimado. Si usted
desarrolla ese hábito
pensará mejor y comenzará
a vivir mejor.