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Algo práctico que usted pue-
de hacer es salir juntos un día, y
muéstreles algo que usted necesita
y que planea comprar, de mane-
ra que ellos vean el precio, y usted
les dice que no tiene ese dinero en
ese momento, pero que va a aho-
rrar para comprarlo en un tiempo
determinado. Luego junto a ellos,
elijan algo que les anime a ellos a
ahorrar y póngase una meta para
separar una cantidad de dinero
juntos hasta lograr la meta.
Que ellos aprendan ahorrar para
necesidades y no solo para gus-
tos también es muy importante.
Debemos incentivar los hábitos
del ahorro aunque en pequeñas
cantidades. Debemos practicar y
modelar en ellos la disciplina de no
gastar todo lo que tenemos sino
que separemos parte del dine-
ro para ahorrar. En el futuro estoy
seguro que su hijo o hija se lo van
a agradecer.
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LA LEY DE LA MODERACIÓN Y EL AGRADECIMIENTO.
Hemos de modelar el balance en nuestros hijos para
que a futuro nos sean ni muy gastones, ni tan taca-
ños. Hay que enseñarles la diferencia entre una necesidad y un
deseo. Por ejemplo, al ir al supermercado lleven una lista de las
compras y que ellos le ayuden a elegir entre precios y calidad,
o al ir de paseo donde puedan valorar la sencillez de disfrutar
en familia sin que signifique gastar en exceso, o al organizar
una fiesta en familia donde aprecien el compartir con amigos
al hacer una parrillada en casa. Ellos deben ver que usted es
moderado en sus hábitos. Algo yo aprendí de mi padre y mi
madre, siempre al sentarnos todos a la mesa, colocaban todos
los alimentos en el centro, y cada quien se servía pensando
que debíamos dejar para los demás. Podían admirar personas
por sus logros pero nunca envidiar su estilo de vida.
Nuestros hijos al igual que nosotros son tentados cada día a
gastar todo lo que tenemos, para obtener todo lo que que-
remos. Cuando asigne una mesada o ellos se ganen una
cantidad de dinero, enséñeles que no deben gastar todo en
un solo día, que deben guardar para el futuro y pida cuentas.
Por ejemplo, la sociedad de hoy con tantas opciones de
comidas y restaurantes, nos invita a vivir para comer– en
lugar de – comer para vivir.
Papá y Mamá deben ser también modelos de agradecimien-
to en este nuevo paradigma. Los hijos copian lo que viven y
ven, no lo que les dicen. Ojo: Recordemos el viejo refrán…
“bienaventurados son los que nos imitan pues de ellos serán
nuestros defectos.” Por ello, cuidémonos pues nos observan.
Si somos agradecidos y contentos cualquiera sea nuestra
situación, ese valor será transmitido a nuestros hijos. Explí-
queles por qué usted no les puede ni debe dar todo lo que
quieren o piden. Esta es una de las partes más difíciles pues a
veces no los queremos herir, o queremos darles lo que noso-
tros nunca tuvimos. Enséñeles a autocontrolar sus impulsos
y a vivir con moderación.
L E Y D E L A C AU S A Y E F E C TO .
Como un resumen de las leyes anteriores permítame sugerir algunos lemas que pueden ser
guías para nuestros hijos en esta aventura de la vida.
Quien ahorra … siempre tiene. Quien se endeuda … siempre debe.
Quien es generoso… siempre es dichoso. Lo que uno siembra… eso cosecha.
El corazón de los niños y jóvenes están en proceso de formación y aprendizaje, por lo que ir formando
valores positivos en sus vidas es fundamental. Recuerdo la famosa frase que se solía decir en relación a dar
el ejemplo que decía: “Tus hechos me hablan tan fuerte que no me dejan oír tus palabras”. Reflexionar
sobre la importancia de ser modelos más que moldes a los cuales nuestros hijos puedan dar continuidad.
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