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1 VIDA

¡Valorala!

cuerpo y mente

La salud del cuerpo depende de la salud y del equilibrio del alma. La infelicidad y la enfermedad surgen porque el ser humano se degenera, porque confundido y desesperado se pierde en la miseria y en la degradación. En esta angustia, vivir espiritualmente, que sencillamente es ser consciente y obrar apropiadamente, respetando las leyes de la Naturaleza, disuelve el egoísmo, erradica la enfermedad y nos llena de salud, de bienestar y de paz.

Respiración

Respirar es vivir. La respiración no requiere esfuerzo ni voluntad, pero es muy importante hacerlo bien. Quienes respiran mal se debaten entre innumerables dificultades en todos los dominios: salud, profesión, afectividad, etc. Son, por desgracia, la mayoría, porque de hecho todos respiramos más o menos mal. Muchísimos pulmones nunca se ventilan a fondo.

“El sueño profundo y reparador no depende de la cantidad de horas que se duerman, sino más bien de la calidad del sueño. ”

Ejercio Físico

Cuando el ser humano nace es blando y flexible, y a medida que más se acerca a la muerte se va volviendo duro y rígido. Así sucede con todas las cosas bajo este cielo; las plantas y los animales son blandos y flexibles en vida, pero secos y quebradizos al morir. Verdaderamente, ser duro y rígido es lo propio de la muerte, y ser blando y flexible es lo propio de la vida.

Relajación

La sociedad impone a menudo un ritmo de vida abrumador. Casi todos estamos acostumbrados a ir siempre con prisas, corriendo de aquí para allá, derrochando nuestra energía en el convivir cotidiano con la ansiedad y la incertidumbre. Y esa lucha permanente va mermando las fuerzas y debilitando. Pero, ante tan desesperanzador panorama, la relajación se muestra como una mano amiga que nos lleva por caminos seguros a un reencuentro con la paz y el sosiego, a un mundo mucho más armonioso.

Vivimos de manera sedentaria y confundimos la pereza con la comodidad. Estamos acostumbrados a vivir con niveles muy bajos de energía, corpulentos y a que nos muramos relativamente jóvenes. Pero este no es nuestro destino.

La alimentación más apropiada para el ser humano, el combustible que nos aporta mayor rendimiento energético, es el que nos proporciona la Naturaleza, puesto que también nosotros formamos parte de la Naturaleza. La energía que proviene de alimentos naturales en estado puro es la que necesitan los cuerpos naturales en estado puro.